Es una de esas palabras raras que tienen un completo significado, un sin fin de acciones. Este es el caso de Ilunga. Palabra bantú, de la etnia Baluba de África, que habita una zona en lo que hoy es la República del Congo y el noroeste de Zambia, y cuyo sentido es una auténtica retahíla de intenciones y, si nos paramos a pensar, un estupenda estrategia.
Nos viene a definir a una persona preparada para perdonar una primera vez, que tolera una segunda pero no va a consentir una tercera.
Tod@s tenemos un límite para ser tont@s.
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Obra de Víctor Safonkin |