28 de septiembre de 2020

Gianni Rodari

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"Rodari era un mago enamorado de las palabras y de su idioma. Hablado y escrito. Y le gustaba jugar. Era capaz de escribir un poema hablando del punto de una “i” o de un acento perdido. Y el juego al que se entregaba era mágico, como él. Por las palabras que utilizaba, por la forma en que las hacía fluir, pero también por la finísima y suave ironía con que reflejaba las contradicciones, las injusticias, los errores y los aspectos esencialmente absurdos de la sociedad. Algo que a los niños, si les cuenta con el humor tierno, chispeante y también absurdo de Rodari, les encanta".
Miguel Azaola

Estas palabras, dichas por uno de sus traductores al español, creo que son la mejor definición de este carismático escritor italiano que tenía la clave de la fantasía, la capacidad de conducirnos desde cualquier pequeño detalle a lo más grande de nuestra imaginación. Poeta, pedagogo, maestro de la imaginación y del juego, un reconocidísimo autor de literatura infantil y juvenil, con decenas de libros rubricados por su humor y por el buen rollo que transmiten y que no por ello escapaban de ser una crítica del mundo actual, empleando un lenguaje muy pintoresco, espontáneo, natural y, en ocasiones, comprometido.
Un mago de los cuentos infantiles.
Su obra es un grito para estimular y provocar en los niños, y no tan niños, la entrada en un mundo de imaginación y creatividad. Consideraba que los niños eran lo suficientemente autónomos como para desarrollar su propia capacidad creativa.

"El proceso creativo es inherente a la naturaleza humana y, por tanto, está al alcance de todos".

Nació en Omenga, Italia, en 1920. Hijo de padres panaderos y huérfano de padre desde los nueve años. Criado a partir de entonces por una tía y después educado en internados y seminarios. Y de jovenzuelo se paseaba con sus amigos de taberna en taberna tocando el violín hasta que su madre le dio el alto y no le quedó otra que ponerse a estudiar. Además, los estudios le podían evitar el servicio militar pero lejos de eso, se cruzó en su camino el fascismo. Para poder trabajar tuvo que alistarse al Partido Nacional Fascista y en medio de la guerra, decidió romper con ello y pasarse al Partido Comunista italiano.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, finalizó sus estudios de Magisterio y comenzó a trabajar como periodista en el diario Cinque Punte.

"Es necesario que la imaginación tenga su lugar en la educación". 

Sus primeros textos literarios los firmaba con el seudónimo de Francesco Aricocci. Desde sus primeras apariciones literarios, ahí en L’Ordine Nuevo, que dirigió en 1945, hasta incorporarse y acabar dirigiendo la revista literaria mensual Il Giornale del Genitori, publicó una recopilación de leyendas populares, Leyendas de nuestra tierra, y dos cuentos de corte fantástico: El Beso y La señorita Bibiana.
Hasta fue excomulgado por el Vaticano, en 1951, a raíz de sus publicaciones en un semanario juvenil, Il Pioneri, donde sus conocidos personajes contaban historias que tenían que ver con la Resistencia y con la problemática social del momento. Acusado de adoctrinamiento a los niños, el Vaticano decidió.

Fue sobre los años 40 cuando descubrió que su vocación tenía mucho que ver con la faceta de escritor para los más pequeños. De esa época nacieron narraciones cortas, humorísticas, coplas y retahílas ligadas a la poesía popular italiana y sus primeros libros para niños: El libro de las retahílas y Las aventuras de Cipollino.
Durante las dos décadas siguientes, sin dejar de trabajar en diferentes periódicos, no apartó su vocación y siguió escribiendo textos que gustaban tanto a grandes como a chicos. Fue consciente de ello y decidió tomar parte directa en el trato con los niños, de ahí que decidiera visitar colegios.

"Para que la literatura infantil no caiga sobre los niños como un peso externo o una tarea aburrida, sino que salga de ellos, viva con ellos, para ayudarlos a crecer y a vivir más arriba, tendríamos que relacionar íntimamente estos tres sustantivos: 
imaginación - libro - juego".

Ese trato y la interacción con los pequeños, escuchándolos atentamente mientras les leía sus cuentos, hizo que tomara especial interés en averiguar o descifrar una técnica lo suficientemente correcta para crear buenas historias. Ello dio origen a una especie de manual o ensayo, o ambas cosas a la vez, llamado Gramática de la Fantasía. Introducción al arte de contar historias. Podría decirse que es la respuesta a la pregunta ¿cómo se inventan las historias? En él proponía una serie de ejercicios o juegos para  aprender a contar historias en forma de cuentos, poesías, adivinanzas... para los niños pero también, daba a conocer una serie de estrategias para impulsar, no solo a los niños y niñas, sino también a los adultos, a inventar historias.
En la introducción de este manual hay una frase que podemos poner en mayúsculas:

“No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”.

Esta maravillosa exposición obtuvo sus frutos en 1070, cuando fue galardonado con el Premio Hans Christian Andersen, el mayor honor que un escritor puede lograr en este género.

Rodari es el creador del ‘binomio fantástico’, un juego sencillo para el que solo hace falta un diccionario y un cronómetro. Se eligen dos palabras al azar y el niño -o el adulto- tiene que crear una historia en la que estas dos palabras aparezcan relacionadas de alguna manera.

Os propongo otro de sus innumerables juegos o ideas para crear. Lo llaman también con el término anglosajón, limerick, aunque aquí puede dejar de lado la métrica. Consiste en construir cinco versos teniendo en cuenta que cada uno de ellos tiene su propia personalidad, es decir, una característica concreta:
  1. Primer verso para el protagonista.
  2. Segundo verso para una cualidad que tenga.
  3. Tercero y cuarto versos para lo que hace.
  4. Quinto verso para volver a nombrar al protagonista acompañado de un adjetivo extravagante.
Era un rana princesa
muy guapa y salerosa
que le gustaba cantar al sol
con rumbosa alegría
¡Olé, la rana primorosa! 
©ɱağ

Obra de Naoto hattori

Antes os he hecho mención de alguna de sus obras. Añadiré unas pocas más sin pretender extenderme demasiado, algo que sé que no lograré:

Veinte historias más una.
El planeta de los árboles de Navidad.
Jaime de cristal.
El camino que no iba a ninguna parte.
El ratón que comía gatos.
El libro de los errores. 
Cuentos por teléfono.


¿Merece la pena que un niño aprenda llorando 
lo que puede aprender riendo?


Imagen de la red

Murió en 1980 pero en  este 2020 se celebra el centenario de su nacimiento. 

Por este motivo, Ratoner y yo, hemos decidido rendirle tributo y no tenemos mejor manera de hacerlo que a través de uno de nuestros cuadernos colaborativos, el cuarto a lo largo de estos años de amistad.
Lo hemos titulado Gramatica del Bosque Imaginado, así que esperamos que os guste. 
Podéis verlo, si deseáis, en el enlace o picando la imagen inferior.


Muchísimas gracias, Ratoner, por llevarme de la mano en estas faenas que, en ocasiones, por no decir todas, me vienen grandes. Y por tu sincera y desinteresada amistad.
Y a vosotros, que habéis llegado hasta aquí, mi máxima gratitud y mi cariño, también.

16 comentarios:

  1. Oh! Mi padre me contaba relatos de Rodari,y como hice toda la escuela primaria en un colegio bilingüe italiano-español, me traes un recuerdo muy fuerte!
    Me encantó la reseña!
    Voy a leerlos a Ratoner y a ti!
    besossssssssss

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    1. ¡Qué bueno eso que me dices, Luna! Y qué curioso.
      Me he extendido un poco pero me alegra que haya sido de tu agrado.
      Lo cierto es que la creatividad es de cada uno y todos podemos explotarla pero también nos han de enseñar, y en la escuela también.
      Un beso muy grande y mil gracias.

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  2. Un acertado recuerdo, mi querida Mag. Hoy en día que tanto necesitamos de esa fantasía y de ese aprender de una manera más cercana. Entrañable entrada, te felicito.
    Voy pitando a picar en ese libro, pero me adelanto y os doy mi más sincera enhorabuena por vuestro trabajo y por vuestra amistad.

    Mil besitos que te abracen con cariño y feliz noche ♥

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    1. A veces, mi quedida Auro, se nos cortan las alas antes de aprender a volar y lo peor, es cuando nos las cortar una vez que hemos aprendido.
      Muchísimas gracias por tu enhorabuena. Es un trabajo a dos manos, pero Ratoner le pone mucho más esfuerzo que yo, he de reconocer.
      Un beso enorme.

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  3. Que bello todo lo que acabo de leer, desconocía a este escritor pero es fascinante que alguien tenga ese talento para que los niños lean y se diviertan al mismo tiempo. Voy a pasar al enlace que has dejado. Gracias MAG. Voy a quedarme con los títulos que has escrito y pienso comprarme para poder leerlo.Abrazos mágicos !!

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    1. Hola, Campi, la verdad es que es un magnífico método de aprendizaje. A veces no sabemos como canalizar la imaginación o la creatividad con los niños, y Rodari pone unas pautas magníficas.
      Muchísimas gracias a ti, de corazón.
      Un beso muy grande.

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  4. No conocía a Gianni Rodari, y todo esto que cuentas me parece interesante y estoy muy de acuerdo en que la imaginación y su aspecto lúdico es muy beneficioso en el aprendizaje, en todo ámbito, siempre es más grato aprender de una forma entretenida que por imposición.

    Beso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.

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    1. No puedo estar más de acuerdo contigo. Todo lo que se aprende con ilusión, con entusiasmo, de forma natural, se nos queda mucho mejor.
      Recuerdo cuando nos enseñaban la tabla de multiplicar cantando. Sigo así :-)
      Millones de gracias, Mi Estimado Dulce.
      Un beso enorme.

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  5. ¡Me ha fascinado tu entrada! Soy una enamorada de Rodari y la he disfrutado muchisimo.
    Besos :D

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    1. ¡Cómo me alegra eso, Margarita, de verdad!
      Un beso enorme y muchísimas gracias por pasarte.

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  6. Interesante hombre, me ha gustado lo que he leído, muy mágico sin duda, gracias por hablarnos de el y así poder conocer su trabajo.
    Un abrazo Mag

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    1. He de reconocer que no he abreviado nada, al revés, repasé para acortar y obtuve el efecto contrario pero sí, es una personalidad muy interesante y que ha dejado huella, que es lo importante.
      Además, coincidiendo con su aniversario de nacimiento, ha venido muy bien el cuaderno de colaboración.
      Muchísimas gracias, Jorge.
      Un beso muy grande y un abrazo.

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  7. Querida Qamar

    Pues no había caído yo en lo del centenario de Rodari. Así que nos ha quedado entonces un cuaderno que se ha publicado en su momento más oportuno.

    Besitos

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    1. Sí jajaja Ha sido un buen tributo. No creas, yo me dí cuenta al repasar que tampoco hasta entonces había caído.
      Un beso muy grande, Ratoner.

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  8. Gianni Rodari... admito que lo he conocido aún más, una vez que vine a vivir a Italia; antes lo "estudié" pero muy 'por arriba' para la materia "Pedagogía de la lengua y literatura". Un genio, un iluminado sin dudas... cuánto más aprenden los chicos jugando, si sólo las escuelas lo tuvieran en cuenta.

    Besissssssssssss Mag y disculpa mi ausencia que se está prolongando más del previsto.

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  9. Hola, Almi, perdona la tardanza. No llego ni en patines :-) así que no tengo nada que disculpar. Bien lo sabes.
    Estaba segura de que a ti te sonaría, si no era aquí sería allá, en tu tierra. Me alegra muchísimo que coincidas en lo que muchos pensamos. Aquello de que "con sangre la letra entra" mal, ni antes ni ahora. Nada como el juego y hacer las cosas mucho más sencillas.
    Mil gracias, Almi.
    Un beso enorme.

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Escribir desde el alma del niño que habita dentro nuestro es abrir las alas del adulto que somos.
Gracias por disponer de un ratito y pararte aquí.


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