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Imagen de la red |
Esta ratita no es una Ratita Presumida pero es muy bonita y muy menuda. Es tan suave como una pelusa. Podría llamarse Ratita Pelusa pero no.
Es inquieta y cariñosa y mueve el hocico como si tuviera virutitas de polvo lo que hace que parezca que está sonriendo. Le encantan los lazos. Los tiene de todos los colores pero le chiflan el rojo y el azul. Se pasa la mayor parte del tiempo acicalándose después de unas interminables sesiones de gimnasia en la rueda donde no entiende ni de día ni de noche. Le encanta comer dientes de león y hojas de trébol, la crema de verduras y las pipas de calabaza. Le pierden las chuches pero las tiene prohibidas. Se duerme escuchando canciones de Queen y no soporta que le acaricien la tripita.
Su nombre podría ser Ratita Malas Pulgas pero es tan buena que no muerde mas sí avisa.
Podría llamarse Ratita Garbancita pues no abulta más de una moneda.
O, también, Ratita Ojitos porque tiene unos preciosos ojos negros. Pero, en realidad, se llama Ratita Garrampas porque, aparte de llevar siempre sus pelos de punta, cuando le das un beso suelta unos pequeños latigazos de corriente. Es la emoción que siente por el amor que profesa.
Por eso sus besos son eléctricos e inolvidables como los de una princesa encantada. Que se lo digan a Punta en Blanco que la tiene totalmente consentida. Para él es su Reina Blanca.
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Imagen propiedad de Other |
Y para Ratón, el ratón azul de ciudad, es... el amor de su vida. Pero eso es otra historia que ya iréis viendo a su tiempo.