Lloraba el cuervo en novilunio.
Lloraba la ausencia.
Lloraba la pena.
Se escondió la luna dejando la noche más oscura que nunca.
Solo las estrellas de sus ojos negros brillaban.
Volaba el cuervo a tientas,
con flores blancas en el pico,
con escarcha en las plumas pues más alto...
Más.. Más...
Más..., mucho más quería volar.
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| "Stolen Time" de Christian Schole |
Y a la amanecida, cuando el sol ascendía,
en el pico las flores marchitas,
agotado en su aleteo sin tregua,
y sin rocío en sus alas pero sí en sus ojos,
regresaba el cuervo a su nido.
Ni en siete noches el firmamento de plata lució.
Solo negra como el ocaso de sus alas, su soledad:
hasta que al caer la tarde,
sobre el horizonte arrebolado,
al tiempo que el sol se ponía,
emergía ella... la luna.
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| Ilustración de la red |
Un canto a la esperanza... Siempre vuelve la calma, siempre la luz... Aunque cuando eso ocurre... Estamos cansados o hastiados.
ResponderEliminarMil besitos, querida Mag.
Hay esperas y búsquedas que tienen su recompensa si se hacen con ese ahínco que ha puesto el cuervo por su Luna.
ResponderEliminarBeso dulce Magda.
Siempre hay que o quien nos haga ver un poquito de luz, un rayito de esperanza... que nos recuerde, que todo pasa...
ResponderEliminar...tú eres uno de esos seres, y hoy más que nunca te digo gracias de estar allí.
Besissssssssss.
La luna siempre vuelve y la esperanza es lo último que se pierde.
ResponderEliminarBesitos.