Lola, la caracola, en la orilla del mar suspiraba
a la luna en cada noche clara imploraba
serena que ser nube deseaba:
Nube blanca de lluvia,
nube gris de tormenta,
nube de algodón…
Y la luna, conmovida por su pena,
al viento mentó y el mar levantó.
Y Lola, la caracola, ascendió
y en una nube se posó…
Llovió… y la nube lloró…
y Lola, la caracola, al mar cayó
Me encanta esta historia, guarda secretamente un deseo... Al menos así me lo imagino o es lo que yo quiero que sea para mí.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Mag.
Mil besitos, preciosa.
Deseos que se cumplen, yo conozco a una caracola así, por eso puedo decir que los deseos se cumplen.
ResponderEliminarBeso dulce y dulce fin de semana para ti.
A veces, no nos damos cuenta de que nuestros sueños ya están con nosotros y nos rodean; aunque puede que sea de otra forma.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a tod@s. Os agradezco tanto la visita, las palabras, el cariño.
ResponderEliminarBesos.