Erase que se era una señora un tanto peculiar que iba de noche con sombrero de ala ancha y de día con paraguas de mil colores. Tenía siempre mil historias que contar, a cada cual más estrambótica como estrafalaria era ella en sí misma. No había conjunción alguna ni entre los colores que llevaba ni entre los dibujos de sus ropajes. Igual le daba el amarillo con el rosa que el verde con el fucsia. Igual le daba rayas en horizontal que en vertical con topos o con cuadros. Era toda ella un cuadro cubista, abstracto o surrealista. Puro arte.
Y cuando se reunía en la plaza con la gente se sentía de lo más contenta y alegre porque las historias que le contaban eran más rocambolescas que las que ella narraba. Le seguían la corriente y ella, feliz como una lombriz en un plato de jugosas manzanas. Ahí estaba yo, toda ufana, digna y dispuesta a que mi cuento fuera merecedor de estar a la altura de la imaginación de Fina. Y me inventé un día donde ni hacia sol ni llovía, donde ni estaba nublado ni nevaba. Donde las nubes eran más que bolas de algodón que ni rosas ni azules. Cerúleas y arreboladas dije que viene a ser lo mismo pero más instruido y lo que viene siendo igual. Le dije que había cruzado los siete mares otras tantas veces y había visto peces que volaban más alto que el palo de la bandera, que había sido capitana de un barco pirata y que... Ahí me interrumpió. Me dijo que era imposible hubiera dado con el tesoro. La miré sorprendida, con mis ojos abiertos como los de un besugo, y le pregunté por qué decía eso. Sencillo, me dijo Fina, porque en los siete mares no hay tesoros. Si quieres algo: Arroz, Catalina. Cuento y final.
Y es que con Fina miento pero no me sirve de nada porque tiene un circo en la cabeza y a mí me crecen los gorgojos.
Ilustración de Cristina Barsony |
Algunos decían que sus atuendos daban dolor de ojos. Otros no podían decir nada porque. mientras los ojos les hacían chiribitas, se quedaban mudos de la impresión. ¿Y qué decía ella? Se inventaba cualquier historia. Todo le venía bien y nada le borraba aquella sonrisa de la boca que, en más de una ocasión, se convertía en una escandalosa y contagiosa risa.
Y cuando se reunía en la plaza con la gente se sentía de lo más contenta y alegre porque las historias que le contaban eran más rocambolescas que las que ella narraba. Le seguían la corriente y ella, feliz como una lombriz en un plato de jugosas manzanas. Ahí estaba yo, toda ufana, digna y dispuesta a que mi cuento fuera merecedor de estar a la altura de la imaginación de Fina. Y me inventé un día donde ni hacia sol ni llovía, donde ni estaba nublado ni nevaba. Donde las nubes eran más que bolas de algodón que ni rosas ni azules. Cerúleas y arreboladas dije que viene a ser lo mismo pero más instruido y lo que viene siendo igual. Le dije que había cruzado los siete mares otras tantas veces y había visto peces que volaban más alto que el palo de la bandera, que había sido capitana de un barco pirata y que... Ahí me interrumpió. Me dijo que era imposible hubiera dado con el tesoro. La miré sorprendida, con mis ojos abiertos como los de un besugo, y le pregunté por qué decía eso. Sencillo, me dijo Fina, porque en los siete mares no hay tesoros. Si quieres algo: Arroz, Catalina. Cuento y final.
Y es que con Fina miento pero no me sirve de nada porque tiene un circo en la cabeza y a mí me crecen los gorgojos.
Sólo tú podías hacer de esto un cuento más que bonito... me has provocado una sonrisa, como siempre que paso a leerte.
ResponderEliminarBesissssssssssssss hermoso!
Mi Querida Almi :-) Siempre con tus palabras y cariño me haces sentir bien. Y s yo, con la tontería de mis letras, puedo dibujarte una sonrisa. Ese es mi mejor premio.
EliminarUn beso enorme.
El título es buenísimo, mi querida Mag y resume el contenido. Me encantan estos personajes tan rocambolescos que llenan de Imaginación y sonrisas.
ResponderEliminarLeyéndote me venía a la mente la obra de Romi Lerda.
Tus imágenes son ideales.
Mil besitos con todo mi cariño y feliz día ❤️
¡Menos mal que existen autores que son buenísimos y así mis letras parecen mejores de lo que son!
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado la locura de Fina :-) Creo que todos conocemos a alguien así, incluso en la vestimenta.
Muchísimas gracias, guapetona.
Muchos besos.
Un creativo cuento como siempre nos regalas y con esa tan particular señora dueña de verdades que solo ella imagina, no deja de ser una imagen de muchas personas, aunque eso es válido si esas "mentiras" son realmente blancas. El título un acertado juego de palabras.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
Las mentiras de Fina no tienen malicia alguna ni hace daño a nadie, al revés, alegra a todos los que la rodean. Sumarse a la "locura" de alguien" es compartir ese pequeño vacío que hay en su alma.
EliminarEn algún momento de nuestra vida hemos sido como ella... pero lo hemos olvidado aunque, bueno, algunos seguimos siendo niños :-)
Muchas gracias, Mi Estimado Dulce.
Un besito enorme.
Qué maravilla! Como dice Alma haces que este con Fina miento,sea agradable. Gracias por hacérnoslo sentir así.
ResponderEliminarPrecioso!
Es que ella es muy mona, y Alma, un encanto, así que todo queda en casa.
EliminarHay que sacar lo mejor de nosotros siempre pero, ahora, más si cabe.
Con Fina o sin ella, lo importante es tener magia.
Muchísimas gracias, Luna.
Un beso muy grande.
Querida Qamar
ResponderEliminarEste confinamiento hace que personas como tú saquen lo mejor de si mismas.
Besitos
Ratoner, todo hacemos lo que podemos. A unos luce más que a otros pero ahí estamos.
EliminarBesos.
Hace pocos días vi en Netflix una película que se titula Big Fish. Me la ha recordado este cuento donde los sueños son la realidad de quién los cuenta...
ResponderEliminarUn beso