31 de diciembre de 2020

Akitu

Os suena a una de esas palabras curiosas que un idioma antiguo o de esas expresiones que dicen mucho, o, tal vez, a vasco, ¿verdad? No vais desencaminados pues es varios verbos con significado similar: cansar(se), fatigar(se), agotar(se), aburrir(se), hartarse de..., pero yo me refiero a la celebración más antigua que se conoce sobre el Año Nuevo. 
Akitu o Zagmuk (término acádico del sumerio, Akītum, ezen á-ki-tum, akiti-šekinku (á-ki-ti-še-gur-ku) "corte de cebada", akiti-šununum "siembra de cebada", babilonio, akitu, también rêš-šattim "cabeza o comienzo del año").
Se trata de una festividad babilonia, datada hace más de cuatro mil años. Y, desde ese momento, contemplada como un modelo o ejemplo de un patrón ritual ahistórico presente en todas las celebraciones de Año Nuevo del mundo antiguo.

Era un festival agrario que se celebraba durante una decena de días, en otoño y primavera, coincidiendo con la siembra y la cosecha de la cebada. Se oraba y se recitaba el Enuma Elish o Epopeya de la creación, donde se explicaba la creación del universo y las estaciones. En realidad, era un conglomerado de festividades en honor al dios Marduk, deidad de vida, muerte y resurrección, su victoria sobre la deidad del caos y su consiguiente matrimonio con la diosa Isthar. Cielo y tierra se unían para dar lugar al nacimiento de la vida, valga la redundancia, en primavera.

La fiesta Akitu se continuó celebrando a lo largo del período seléucida (imperio helenístico sucesor del Imperio de Alejandro Magno) y durante la Antigua Roma. Fue el emperador Julio César quien en el año 46 a.n.e. —cabe decir que este fue el más largo de la historia. 445 días y es conocido como Año de la Confusión— instauró su calendario juliano, anteriormente solo Julius, y elaborado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, con lo que esa celebración de Año Nuevo tenía lugar en el mes dedicado a Jano, Ianuarius (el onceavo, enero, cuando el primer día los cónsules romanos asumían el gobierno). Jano era la deidad de los comienzos, las transiciones y los finales. Si os dais cuenta, tiene mucha similitud con Marduk.

El calendario gregoriano, o también  “Lunario Novo según la nueva reforma” ya que fue promulgado (1580) por medio de la bula Inter Gravissimas, es el que se utiliza en la actualidad y se implantó en 1582 por el Papa Gregorio XIII, de ahí su nombre, aunque fue modificado por Dionisio el Exiguo en el siglo VI en base al juliano al que sustituyó puesto que tenía demasiado años bisiestos con lo que los solsticios y equinoccios nunca coincidían con la realidad. Es el más preciso pues solo se desajusta un día cada tres mil años.
En este calendario gregoriano se implantó el inicio de año el 1 de enero.  —Hasta entonces, el año empezaba el 25 de marzo —. Así se lograban ajustar las festividades religiosas en torno a la Pascua.
Aunque están en vigor otros calendarios como el judío, el islámico y el budista,  el gregoriano es el que se emplea oficialmente.

Se considera que el calendario más antiguo encontrado hasta la fecha es el hallado en un monumento mesolítico de Aberdeenshire, Escocia. Se cree que data de alrededor del año ocho mil a.C. y mide el tiempo a partir de las fases del sol y de la luna, base fundamental de todos los calendarios.

Ya veis, la mayor parte de las celebraciones religiosas o las tradiciones actuales tiene un origen pagano: el árbol de Navidad —Tutankamon y sus palmeras datileras durante el solsticio de invierno—, los villancicos o canciones especiales —los antiguos paganos las cantaban para celebrar a las estrellas del cielo—, el tronco de Navidad —que los egipcios encendían  y mantenían para que su luz sirviera de memoria al dios Horus, y  luego tomaron los babilónicos para las celebraciones del Akitu y los romanos para su Saturnalia—. Las tarjetas también eran cosa de los egipcios aunque los chinos, inventores del papel, reivindican esa costumbre porque ya intercambiaban mensajes de buenos deseos aunque, tal y como conocemos las tarjetas de navidad tradicionales, se lo debemos, según parece, al ideólogo inglés Sir Henry Cole en 1843, tres años después de la invención del primer sello postal. El muérdago, los regalos, el festín de comilonas, etc.

¡¡¡FELIZ, ESPERANZADOR, VENTUROSO... AÑO NUEVO!!!

Fuegos artificiales / Nikolay Dimitrov

22 de diciembre de 2020

En pos de todos esas esperanza que todavía se albergan, 
de todas esas ilusiones que aletean, 
de todos esos deseos que laten 
y de todos esos sueños que siempre importan...

desde este rinconcito donde Qamar anida se hará todo lo posible para que la magia y la fantasía sigan reinando con los nocuentos, las deshistorias, con algunas ráfagas de conocimiento, con las aventuras de los personajes que viven en este Universo imaginario pero donde la realidad está presente para darle su toque Azul, avivado por vuestra siempre agradable y bendecida presencia que agradezco sincera e infinitamente.

Feliz Navidad  yVenturoso Año Nuevo


Arte digital de Alfoart.

17 de diciembre de 2020

El palacio de las mareas

Día y noche, bajo el amparo de los Nocturnales del Cielo, la Señora de Agua y Sal agitaba sus sayas hechas de inmensos turquesas y lapislázulis, cosidas con secretos a tules de espuma y bordadas con reflejos de luna y caricias arreboladas. Como un bosque, los peces danzaban dejándose llevar sobre sus costuras mientras, desde la superficie, llegaba la voz ronca del pirata Pelorrusio*, conocido más por su poco ingenio que por su rojos pelos. Incesante, farfullaba sobre el inconmensurable tesoro que guardaba el Palacio de las Mareas, el mismo que la ceguera de su obsesión le impedía reconocer.

(99 palabras)                                                                   

Arte de Alla Tsank

(*) Rusio en aragonés es, entre otras cosas, rojo, candente, del color del fuego...


Además, este mes me ha visitado Papá Noel de una manera inesperada pues este texto ha logrado el Optimus Mensi correspondiente a diciembre, es decir, un premio súper bonito desde el Blog de Lidia. Según sus palabras, las cuales me azoran: "…por crear un microrrelato de una belleza extraordinaria, con unas descripciones muy bien hilvanadas y obsequiándonos con léxico procedente de nuestra riqueza dialectal.  Y todo ello para mostrarnos un protagonista con el que, metafóricamente, hacer crítica de nuestra sociedad. 
Me refiero a “El palacio de las mareas” por Maga de Qamar". 

Gracias, Lidia :-)





Objeto: Bosque/selva
"Escribir Jugando" es un reto mensual de escritura creativa. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña. 

Reto opcional: Que aparezca en la historia un palacio de las mareas.



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De mis viajes en caracola...