25 de diciembre de 2021

Ratón y la magia de la Navidad


Ratón había aprendido a amar la Navidad. Al principio no había sido fácil. Su familia estaba muy lejos y, aunque enseguida le habían acogido en el barrio como a uno más, se había sentido algo triste pero, ahora, era su época favorita del año, como le pasaba a Willson, el gato que odiaba la navidad y acabó adorándola. No sabía si era por los dulces que preparaba la señora Ramona, de piñones y nueces; esa bebida tan dulce que todos los años hacía Pirlas, el gato de la calle Pulguillas; las viandas tan ricas que surgían de todas partes y, sobre todo, seguro, la amistad y lo bien que lo pasaban todos juntos. Si  todo eso era el espíritu de la Navidad, estaba encantado de conocerlo.

Aquella mañana del día de Noche Buena había terminado de decorar su casa. Los pequeños Güiro y Timba no se habían perdido la ocasión y se habían plantado en su casa para ayudarle aunque, a veces, más que ayudar, desayudaban pero él lo pasaba bien y ellos le ponían a todo mucho interés. Había preparado un poco de chocolate caliente para desayunar pues la mañana era muy fría. La escarcha cubría todo el jardín y había hielo en las calles. Algunos carámbanos colgaban de los tejados y la fuente de Michu se había congelado. Lo más curioso es que las calabazas azules ahí estaban, tan ricamente lúcidas. Cuando las observaba, se preguntaba por aquellas mariposas de alas transparentes. No las había vuelto a ver pero no había olvidado la sensación percibida cuando aquella se apoyó en su nariz. Todavía sentía el hormigueo en su tripa.

Dibujo realizado por Maria Tiqwah

Entre todos los vecinos y amigos se habían repartido las diferentes tareas. Mientras unos se debían encargar de la comida y las bebidas, otros habían acondicionado el sótano corrido y recogido leña para poder estar calentitos aquella noche. Otros habían preparado largas mesas y las habían vestido con manteles de mil colores hechos a base de retales. Cientos de guirnaldas colgaban de un lado a otro. El calor de las chimeneas había hecho el lugar muy acogedor y las luces de los pequeños candiles creaban un ambiente relajado y mágico.

Faltaba poco para la cena. Ratón tocaba unas notas con su flauta. Aquella noche amenizaría la sobremesa junto a su pequeña banda. Guardaba el instrumento en su estuche y se acordó de Garrampas, su ratita bonita. No se verían hasta la cena de fin de año. Se sintió un poco apenado. 
Perdido en esos pensamientos no se dio cuenta de que la habitación se iluminaba por completo. Cuando reaccionó, pensó que era su lunita Qamar y sus rayos plateados pero no. Detrás de él, reflejado en el espejo, apareció un ratón blanco como la leche que le sonreía. Ratón se dio un susto de muerte. Se quedó petrificado e intentó gritar pero no le salió palabra alguna.

—No te asustes. No vengo a hacerte daño. Cálmate. —Aquella voz sonaba rotunda pero, al tiempo, como un susurro. Era dulce, armónica..., celestial.
—¿Eres un fantasma? ¡No creo en los fantasmas así que si lo eres ya puedes marcharte! —espetó Ratón. Si le hubieran preguntado qué había dicho, no hubiera sabido responder.
—¿Me ves pinta de fantasma? —preguntó el ratón blanco, mostrando la belleza de unas alas que agitó suavemente. Ratón sintió el aire como una caricia. No había visto más fantasma en su vida que el fanfarrón de Rodolfo, el gato que se creía aristócrata y que vivía en el chalet del final de la calle, y los que aparecían en los libros.


— ¡¿Un ángel?! —exclamó ante su asombro. Aquello no cabía en su cabeza—. ¿Existen los ángeles? —continuó, acercándose muy despacio para intentar  tocarlo. Tampoco había visto antes uno. El tintineo de una campanilla lo frenó.
—Existo, pero no me puedes tocar... porque solo existo en tu corazón, y en el fondo de tu alma.

Ratón no entendía aquellas palabras. ¿Qué quería decir el ángel ratón? Se produjo un profundo silencio que solo rompía el dulce tañido de la campana que el ángel sostenía entre sus manos. Qamar no le había explicado nada al respecto. ¿Qué estaba pasando? ¿Era el espíritu de la Navidad? ¿De eso se trataba? Y se acordó del cuento que había contado a Willson, Cuento de Navidad, de Dickens. El pobre Ratón llevaba un jaleo en la cabeza con los fantasmas y los ángeles que, por un momento, pensó que se hacía realidad el cuento y él era el infeliz Scrooge. El ratón blanco sonrió y aquella sonrisa hizo que Ratón se sintiera bien. Entonces comprendió lo que acababa de decirle el ángel. Su corazón estaba lleno de bondad y su alma era pura. Solo así podría ser que aquello estuviera sucediendo o que la magia de la Navidad en realidad sí existía.

—Cuida a tus amigos, a tu nueva familia. Ellos creen en ti como creen en la luz del amanecer o en la luna que ilumina la oscuridad de la noche. Sigue confiando en Qamar. Ella abraza al mundo desde que la luz se hizo en él con Elio. Cuida también todo cuanto te rodea pues formas parte de ello. Sé siempre bondadoso y justo. Procura el bien para los demás y tu alma será inmensa, Ratón. Lucha contra lo que creas injusto y no dejes de ser humilde y noble... —Y las palabras del ángel, que sonaban como una melodía, se fueron disipando como el aroma de las violetas en el campo hasta dejar de escucharlas.  También el ser desapareció. Sin embargo, Ratón percibía un terremoto en su pecho. Se llevó las manos ahí tratando de contenerlo. Le temblaban hasta los bigotes. Intentó calmarse pero no lo logró hasta que apareció Qamar. Ella simplemente lo abrazó con su haz azul y plata. Qamar era la luz en medio de la oscuridad, como decía el ángel, y su alma, estuviera donde estuviera, lo sabía.  La luna no es de queso como dicen los cuentos. La luna es única y está llena de magia. Como la Navidad.

—Ya sabes dónde vive la magia, mi querido Ratón. Dónde debes mirar para encontrar tu ángel...
—Dentro de mí.
—Así es. Y, ahora, debes irte a la cena. Tus amigos te esperan. Disfrútala.
—Gracias, lunita. ¿Sabes que te quiero mucho? —Qamar sonrió, asintió y le acarició entre las orejas con la punta de uno de sus rayos.

La habitación recuperó su luz normal. Ratón se abrigó y se puso alrededor del cuello la bonita bufanda que las arañas del bosque habían tejido con reflejos de luna azul para él.

Imagen de la red

19 de diciembre de 2021

Feliz Navidad

Es tiempo de Navidad.
Días cuna de emociones y sentimientos donde nos volvemos —o deberíamos volvernos—  más niños que nunca a pesar de que nuestra alma de adulto se acongoje por las ausencias, las no presencias y los silencios, las injusticias, el dolor, la oscuridad del ser humano. Mas...

hagamos magia, 
 abramos nuestros brazos intentando abarcarlo todo, 
 creemos sueños, 
dibujemos ilusiones, 
 despertemos pasiones... 

Volvamos a vivir la vida como si no hubiera mañana, queriendo comérnosla entera, disfrutándola en cada uno de sus momentos con cada uno de nuestros instantes con la viveza, con la inocencia, con la imaginación de ese niño, de esa niña que late tan dentro de nosotros, que clama desde lo más hondo para darnos la oportunidad de ser mejores, más bondadosos, más humildes, más verdad... Más de todos. 

Contemplemos las estrellas como una infinita guirnalda de sueños a compartir y así hacerlos más grandes y reales.
Miremos a la luna como la Señora que nos ampara cada noche 
y sonriamos con la magnificencia y candidez de quien desea y puede hacer algo más que intentarlo.

Natasha Rodionova

FelizNavidad 

Os deseo de todo corazón y con mi alma de Qamar.


Ya sabéis que hay un ratoncillo que me acompaña por estos lares. Si deseáis, él tiene una particular forma de ver la Navidad :-9) en su, también, particular mundo.



6 de diciembre de 2021

La canción de Einar

La noche pesaba, intensa como el inmenso mar al que acariciaba. Su silencio se fundía con el rumor a espuma brava, y la solemne voz de la Maga, al otro lado de la orilla, sonaba como el susurro ensordecedor e hipnótico de una sirena al amparo de la lumbre, el viento y la luna creciente de Nótt mientras la primavera florecía nocturna y el barco para el último viaje de Einar, empujado por el invocado aliento del gran dragón de Niördhr, se alejaba como caballo de fuego para fundirse con el horizonte.

(92 palabras) 

Collage de dos imágenes de la red

Nótt es la noche en la mitología nórdica.
Niördhr representa el mar calmo y costero, en contraposición a Eagir que es el mar tempestuoso y profundo.


Luna creciente
"Escribir Jugando"
 
es un reto mensual de escritura creativa.. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña.

Reto opcional:
 Que aparezca en la historia algo relacionado con la navegación.

10 de noviembre de 2021

Los enamorados del bosque

Él se protegía entre los arbustos. Ella se dejaba guiar por la maravillosa melodía de su lira. El bosque acogía sus secretos, y bajo el callado testimonio de la luna unían sus manos, se miraban a los ojos, suspiraban, sonreían, y el silencio clamaba al viento lo que sus bocas debían callar: el inmenso amor que sentían. Lo sellaban con el suave aroma a jazmín y azahar de la madreselva, con el sonido nocturno de las criaturas del bosque acunado por el canto saltarín de una inmensa lluvia de estrellas.

(90 palabras)

Los amantes / Remedios Varo


Lira
"Escribir Jugando" es un reto mensual de escritura creativa.. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña.
Reto opcional: Que aparezca en la historia algo relacionado con esta flor: Honeysuckle (Madreselva). Indicada para aquellas personas que insisten en vivir de los recuerdos del pasado y que se olvidan del presente. Esta flor ayuda a aprender del pasado sin anclarse y a sentirse presente en el momento actual (nombre, descripción o efecto sobre las emociones).

31 de octubre de 2021

Ratón y la calabaza azul

No sabía cuánto tiempo llevaría aquella caja en ese rincón del cuarto de los trastos. Con la de veces que había mirado y ordenado, no comprendía cómo le había pasado inadvertida. Además, era una caja muy llamativa por sus vivos colores pero, eso sí, tenía tanto polvo que este los había apagado un poco.

Decidió estudiar su interior. No podía creerse que estuviera todo. Recordó las palabras del mago Ratuno,  a quien conoció un día por eso que llaman azar, cuando le dijo que su contenido era mágico y que siempre, hiciera lo que quisiera, no podría deshacerse fácilmente de la magia. El mago desapareció un día de la misma manera que había aparecido. Sin saber cómo.

Un gorro de mago azul con estrellitas plateadas, una curiosa varita mágica, un montón de cosas que no sabía para qué podrían servir. No había un libro de instrucciones y menos uno que pudiera entender. Resopló y se encogió de hombros. Pero la curiosidad, que no siempre es mala, era una tela de araña que lo estaba atrapando.

Ilustración de la red

Se puso el gorro y tomó con poca decisión la varita, empuñándola como una espalda y comenzando a hacer filigranas en el aire contra un enemigo que ni había imaginado; soltando una retahíla de palabras y sonidos sin sentido, auténticas jitanjáforas... con las que se fue animando hasta convertirse en un espadachín luchando contra lo invisible.
De pronto, ¡oh! Sintió como si un ente incorpóreo lo empujara hacia atrás o como si una ráfaga de viento le azotara de frente, parando con la espalda a medio camino entre el suelo y la pared. Hizo pie, como bien pudo y, aunque el corazón parecía salírsele del pecho, se quedó quieto con razón y perplejo. Mudo. Ante sus ojos, abiertos como platos, apareció —a saber de dónde—, una hoja, una rama, otra hoja, otra rama... así hasta formar una serpiente que ascendió por la pared hasta el ventanuco del trastero y salió por una rendija al jardín.

A más traspiés que otra cosa, Ratón llegó hasta la ventanita y se aupó: —¿De dónde ha salido esto? —farfulló, parpadeando tantas veces que parecía un faro emitiendo señales morse. Punto, raya... Punto, raya... Raya, punto... Punto, punto...

Imagen de la red

De buenas a primeras, como quien no quiere la cosa, entre los hierbajos empezaron a revolotear decenas de mariposas con alas de cristal que se volvían a veces azules, otras del color de la hierba, de las piedras del jardín, de la tierra... Nunca había visto nada semejante pero le pareció algo asombroso. Entre asustado y emocionado, empezó a llamar a Qamar que, divertida, observaba todo desde el otro lado de su atalaya celestial.

—¿Qué te ocurre?
—¡Estoy asustado! Encontré esto —dijo, mostrando la varita— en un viejo baúl y creo que es mágico.
—¿Crees? ¿No recuerdas qué te dijo el mago Ratuno?
—No muy bien pero es que...
—Eres tan curioso e inquieto como un gato —sonrió Qamar.
—¡Bbbrrrr...! No digas eso, por favor, se me ponen los pelillos de punta. ¡¡¡Bbrrr!!!
—Bueno, ¿y el susto?
—Ese es grande...

Mariposas alas de cristal

Ratón extendió una de sus manitas hacia la calabaza azul en la que algunas mariposas se habían posado.  Solo una se acercó y se quedó en la mano antes de viajar hasta su hocico. Tuvo la sensación de que le estaba mirando, incluso contando un secreto, y aquel cosquilleo que sintió, tardó bastante en desaparecer.

—¿Qué? Una calabaza azul... ¿Una mariposa que se te ha posado en la nariz? —Qamar quería que él pensaba pero estaba tan aturdido con la sorpresa que era incapaz de concentrarse en algo que no fuera aquello a pesar de que sus pensamientos estaban totalmente bloqueados.
—¿Qué está pasando? No entiendo nada —dijo casi en un suspiro mientras la mariposa se reunía con sus hermanas.
—¿Sabes qué noche es hoy? —Ratón pensó. Se le había olvidado por completo y eso que tenía todo preparado para esa noche. En el trastero se le había pasado algo más que el tiempo. Qamar prosiguió—: Parece mentira que olvides una noche como la de hoy. Es la noche de Samhain. Es una de las noches más mágicas del año. —Y la palabra noche repicaba en su cabeza como una campana.
—¡La noche de Halloween! 
—¿Sabes que significa esa palabra?
—¡La noche de las brujas!
—Sí, entre otros nombres, como "la noche de los muertos" o "víspera de difuntos", ¡¡¡La noche de las ánimas!!! Pero en realidad es una palabra muy ancestral que usaban los antiguos gaélicos para referirse a la noche que antecede al uno de noviembre: Allhalloween. Otro día que tengamos más tiempo hablaremos de ello. —sonrió. Ratón frunció el morro y sus bigotes se pusieron tiesos mientras con su mirada expresaba su sorpresa. Realmente, Qamar era muy sabia pero él ya sabía todo aquello, sobre todo porque cada año ella le contaba algo—. Los humanos la celebran a su manera pero nosotros, los seres especiales, tenemos la nuestra. ¿Recuerdas la fiesta del año pasado?
—¡Cómo para olvidarla con todo lo que pasó! —Y Qamar sonrió— Bueno, en realidad recuerdo muy poco.
—Entonces, no cabe decirte que la magia tiene sus efectos. Hay cosas que olvidas pero algo dentro de ti ya no es igual.
—¡Me estás asustando, querida Lunita! Sabes que yo soy un ser más bien científico.
—Cuando las cosas no se pueden explicar... cabe sentirlas, Ratón. No olvides jamás eso. Hay cosas que existen y punto. No les des más vueltas. Y es lo que ha pasado con tu calabaza azul.
—Sigo sin entenderlo, perdona. Entonces, ¿la calabaza azul es azul por dentro? —preguntó, sorprendiéndo a Qamar con semejante ocurrencia.
—Es una calabaza, Ratón, sea azul o verde. Pero si es mágica igual está llena de más mariposas doradas como esas.
—¿Y si la abrimos?

Ratón, evidentemente, no podía abrirla él solo. Qamar, con su magia plata y azul, obró. Con un haz plateado, como si fuera un afilado cuchillo, empezó a cortar la calabaza. Primero por el medio, para hacer dos mitades. Sí, la calabaza era naranja pero sus pepitas... Sus pepitas eran de muchas tonalidades azules. 

—Parece que no es como una calabaza normal, Qamar.
—Llevas razón, Ratón, pero tú eso ya lo sabías.
—Bueno...
—¡Es mágica, Ratón! ¡Sus pepitas tienen que serlo! 

Ratón tomó algunas en la mano. No eran semillas como las de una calabaza normal. Eran piedras casi idénticas las unas a las otras, de cristal, como lluvia congelada, y tenían un intenso brillo, como cuando el sol se refleja en el agua.

—¿Y qué podemos hacer con esto? ¿Se planta?
—Puedes probar a ver qué pasa. Entierra unas pocas en aquel rincón —señaló la luna— y con el resto, ¿qué te parece si las regalamos a los habitantes del Bosque como si fuera un talismán?
—¡Claro! Las puedes llenar de tu magia también y esta noche se las entregamos. 
—¡Trato hecho!
—¿Truco o trato? Jaja —rio Ratón mientras el tema de la mariposa parecía haber quedado a un lado.

Antes de ponerse guapo para la celebración en el Bosque, decidió decorar su calabaza, naranja esta vez, para colocarla en uno de los escalones de la puerta. Junto a ella dejó un gran montón de caramelos para que los pequeños fueran cogiendo Eso sí, apuntó una advertencia: 

«La magia esté en compartir por eso coge solo un poquito de ella para que todos podamos disfrutarla».


Suspiró con una sonrisa entre sus bigotes y empezó a sentirse nervioso. La emoción por vivir una mágica noche como la que iba a llegar causaba furor en él, pero también sentía un especial hormigueo en su tripilla puesto que iba a encontrarse de nuevo con Garrampas, su ratita preciosa quién, además, le había prometido más de un baile a la luz de la luna.

Como sucediera cada noche entre el anochecer del último día de octubre y la madrugada del primero de noviembre, todos los habitantes del Bosque Imaginado se reunieron en la gran explanada, a la luz de la luna que, siempre vigilante, echaba un vistazo a los rituales mágicos de los humanos al otro lado del bosque y se ausentaba un rato para compartir unos minutos con Elio, el sol sin h.
Allí brillaban cientos de farollilos, se escuchaba música, se bailaba a su son y se comía y bebía todo aquello que sumaba lo que cada uno bien había podido llevar.


Ratón estaba feliz por poder compartir algo mágico con los demás. No solo les mostró la última canción que había aprendido a tocar con la flauta —tenía mucho que aprender pero ilusión no le faltaba— sino que aquellos cristales preciosos, de intenso color azul, tan brillantes y tan llenos de magia, magia de Qamar, magia bonita, magia buena, eran un maravilloso regalo repleto de cariño y esperanza.

—Tiene el toque mágico de Qamar.
—Lo conservaré siempre, Ratón. Muchísimas gracias. Es un regalo más que bonito. ¡Me encanta! —exclamó Garrampas emocionada mientras Ratón se ponía un poco colorado por el beso que la ratita estampó en su mejilla—.  ¿Sabes, Ratón? A veces el regalo más grande es aquel que parece poca cosa pero si está lleno de amor, de cariño y de buenos sentimientos siempre será el más grande porque estará lleno de magia —aseguró—. Te prometí bailar, ¿bailas conmigo?
—Por supuesto, estaré más que encantado, Garrampitas.

Arte de Wim Bals

Y en tanto ambos bailaban con el resto, una pequeña mariposa de hermosas alas transparentes los observaba entre las luciérnagas... pero eso ya es otra historia.

Ilustración de la red

24 de octubre de 2021

Regnícola

Aunque pudiera parecer, no es un ser estelar habitante de algún planeta o exoplaneta de esos lugares del universo llamado Regno  o un insulto: ¡Regnícola!
Es un adjetivo con uso de sustantivo muy utilizado a principios del siglo XIX, más concretamente entre 1800 y 1850, con un gran auge alrededor de la segunda década, empezando a perder vigencia entrado 1900.
Como curiosidad, deciros que su primera aparición en el Diccionario de la Real Academia Española fue en 1737, en su Diccionario de Autoridades.

Etimológicamente, viene del latín tardío regnicŏla, de regnum 'reino' y -cŏla '‒́cola' de la raíz de «colĕre» que quiere decir cultivar o habitar.

De ello podemos deducir dos acepciones:
1.- Para identificar especialmente a una persona natural o nativa de un reino y aplicado en estados y países monárquicos incluidos los principados.
Los españoles somos regnícolas y supongo que los monegascos, también. Madrid es la capital de España, la capital del reino de España, la capital regnícola.
2.- De una manera más culta y de uso menos frecuente, nos sirve para referirnos a quien se dedica a escribir de las cosas especiales de su patria, como pueden ser las leyes, los usos, las costumbres, la cultura, los preceptos... Diríase que son los cronistas del reino, los que hacen acopio de toda la documentación original y toda la información pertinente que que dan fe de una realidad histórica basada en el Derecho, la Econonía, las tradiciones tanto sociales como religiosas..., etc., algo así como la Historiografía.
«... cuenta con una gran tradición regnícola en cuanto al estudio de las banderas...». 
El rey / Remedios Varó

18 de octubre de 2021

La mujer escritora

Considerada la mujer tanto como una mercancía como una máquina de hacer hijos, apareció ella,  Enheduanna o En-hedu-ana o En hedu Anna. 


No es su nombre de pila sino un título: En se refiere al título restringido de gran sacerdote o gran sacerdotisa de Ur; Hedu significa ornamento en sumerio y Anna, cielo, y, casualmente, es el nombre del dios del cielo. Es por ello que al convertirse en Gran Sacerdotisa recibió tal nombre. Literalmente, «suma sacerdotisa , adorno del cielo (o del dios del cielo)».  Pero hay otra curiosidad en su nombre ya que Heduanna es un epíteto poético para hablar de la belleza de la luna en el cielo, refiriéndose a ella como «la alta sacerdotisa que adorna el cielo», de modo que también era «la suma sacerdotisa de la luna», además de la primera mujer escritora de la Historia de la que se tiene constancia.

Hija del rey Sargón I de Acadia —se dice que también el primero en crear un imperio—. Nació en la Antigua Mesopotamia, cuando era la tierra de los zigurats, hace más de 50 siglos. Vivió, aproximadamente, desde el 2285 a.C hasta 2250 a.C. Aprendió a leer y escribir en tablillas de arcilla e hizo algo que hasta entonces nadie había hecho: firmar sus obras. Fue tan importante su figura que incluso redactó leyes que rigieron en su época.

Escultura de la sacerdotisa

Compuso más de 42 himnos, verdadera poesía, dedicados a los dioses y templos de las ciudades más importantes del imperio: Sippar, Esnunna, Eridu... Cabe destacar los himnos a su amada diosa Innana que se convirtieron en verdaderos cantos litúrgicos, elevándola casi a figura mística. Exaltación de Innana es uno de sus poemas más famosos donde plasma  toda la devoción que siente por su diosa y  también hace alusión a su expulsión de Ur por parte de su hermano al tomar posesión del imperio.Y ha llegado a nuestros tiempos. Tal vez todos estos textos fueran utilizaros en sus ritos religiosos.

Su nombre fue descubierto en dos sellos pertenecientes al reinado de su padre, en el Cementerio Real de Ur pero la pieza arqueológica que sin duda revela su existencia es un disco de alabastro hallado en 1928 junto a la estatua de una sacerdotisa en el Giparu de Ur (tal vez el templo dedicado a la diosa Nigal), residencia de la Entu-Sacerdotisa, término arcaico para refererirse a la Suma Sacerdotisa. Eso era ella.  
Este disco se data entre los años 2000 a.C. y 1800 A.C. y puede leerse: «Enheduanna, sacerdotisa zirru, espora del dios Nanna, hija de Sargón, rey del mundo en el templo de la diosa Innana».

No es fácil atribuir a ella todas las obras encontradas pues algunas están datadas siglos después de su muerte. Los investigadores se mueven entre opiniones que van desde que se tratan de transcripciones de los originales a inspiraciones en Enheduanna y en su obra.
No se sabe mucho de ella a nivel personal pero sí nos ha dejado un legado importantísimo con el que podemos descubrir la profundidad de su sentir.

Ella no se ganó la vida con sus letras pero fue y es fuente de inspiración y admiración. Ella y Safo son dos pilares fundamentales de la literatura más antigua que puede conocerse.

¿Sabéis quien fue la primera mujer escritora que empezó a ganar dinero con su obra?

La veneciana Christine da Pizano (1364-1430) ha pasado a la Historia como tal, además, de una gran defensora de los derechos de la mujeres en la sociedad. Desde niña ya mostraba un especial talento y fue su padre, Tomaso, médico y astrólogo o físico que había llegado a la corte de Carlos V como asesor del monarca  francés, quién no dudó en una educación especial para ella.
Escribía por placer, pero luego por necesidad debido a varios hechos luctuosos en su familia. Con 28 años, hijo, padre y marido muertos no tuvo más remedio que hacer algo para sacar adelante a sus hijos vivos y a su madre, pese a venir de una familia acomodada. Tenía dos opciones: casarse de nuevo o entrar en un convento. No optó por ninguna de ellas y decidió seguir escribiendo. 

Todo aquello, su férrea voluntad y su buena manera, dieron pronto sus frutos. Un día, miembros de la corte solicitaron de Christine una elegía de Carlos V. Así nacía Le livre des faits et bons moeurs du sage roi Charles V, la primera obra escrita por encargo y que permitió a Christine  tener un importante ingreso económico.

Su obra nació con temática amorosa pero luego se adentró en temas más comprometidos como la filosofía, la política, la Historia, la moral o el derecho de la mujer en la sociedad. Cuando todavía no se había inventado la imprenta, ella misma se encargaba de supervisar sus textos en un taller donde también mujeres se encargaban de copiarlos e ilustrarlos. 

Su principal y más reconocida obra es La ciudad de las damas (Le livre de la cité des dames), publicada en 1405. Un auténtico alegato a favor de la mujer para la que reclama un lugar en el mundo, así como una audaz crítica a la misoginia imperante en ese momento histórico.

Ilustración de Isabel Ruíz Ruíz

Con todo esto quiero rendir desde aquí un pequeño homenaje a todas las mujeres que a lo largo de la Historia han plasmado y plasmamos todas sus inquietudes, emociones, sentimientos que anidan tanto en el alma como en el corazón.

12 de octubre de 2021

La huella

Observé el líquido dentro del hermoso frasco. Bien podría ser para un perfume o para el más letal de los venenos. No quise quitarme la duda menos cuando vi aquel extraño escarabajo en su interior. No sé si era arcoirís por el elemento o por sí mismo. Llamó mi atención la curiosa huella marcada en la base. Era tan clara que podría decirse que el dedo aún estaba ahí, dejándola. Nunca había visto algo igual. ¿Qué clase de líquido era para mantener aquella intacta?, ¿y cómo era posible que la huella estuviera en el interior?

(95 palabras)

Obra de David Silva, Dasil



Escarabajo
"Escribir Jugando" es un reto mensual de escritura creativa.. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña.


Reto opcional:
 
Que aparezca en la historia algo relacionado con las huellas dactilares (año, descubribridor...).

27 de septiembre de 2021

Bernardino Montañés y su "capricho" ilusionario

Hoy traigo un pequeño mosaico de ilusiones ópticas empezando por un cuadro menudo que hay en el museo provincial de mi ciudad, que también es museo arqueológico, donde podemos visitar, entre otras, una sala abovedada, perteneciente a las estancias del palacio de los reyes de Aragón, en la que se da fuerza a la legendaria historia de la Campana de Huesca. Una historia que os contaré en otro momento si ha lugar.

En las últimas salas del museo encontramos una pequeña obra del romanticismo. Se trata de un óleo sobre lienzo que no resalta precisamente por tamaño (enmarcado mide 41'5x37'5 centímetros) si no por lo enigmático que es.
Este cuadro fue un regalo de bodas "envenenado" del pintor aragonés Bernardino Montañés a la mujer de la que se enamoró, hija de un mecenas, y que lo rechazó para casarse con otro. Bernardino les regaló esta obra que es, en conjunto, una alegoría de la vida y la muerte representada con  un buen número de símbolos. El pintor les manda un mensaje jugando con estos elementos y mezclando la realidad y la apariencia, creando una serie de efectos visuales que el espectador puede ver si se aleja un poco para tomar perspectiva. 


Capricho / Bernardino Montañes /1891

En este cuadro hay cosas más que curiosas. ¿Un volcán echando humo? Aquí en Aragón, volcanes no hay ninguno que yo sepa pero sí expresa una explosión, una erupción, paradójicamente, un brotar de la vida. Hay pájaros en pleno vuelo y una pareja que, sin ser niños, presentan un período joven de la vida aderezado todo por la ebullición de los cinco sentidos: la vista, en las miradas que parecen dirigirse hacia un punto en concreto, tal vez a esas rosas y parras que tienen a su izquierda; el oído, la escucha; el olfato por los aromas que desprenden las flores que ella le acerca a él en forma de abanico, las otras flores y plantas y esos frascos en el alfeizar que bien podrían ser ungüentos mágicos para el efluvio del amor o simples perfumes. El gusto, por las frutas que hay junto al dado, símbolo de la suerte o del azar y el tacto, representado en la caricia de él hacia ella. 
En resumen, esta parte del cuadro vendría a dar un enfoque de la vida pero, también, de su efimeridad: las nubes oscuras, ese paquete atado con una cuerda, las ramas y las hojas amarronadas; sustentada en el arco que abraza la escena. Contrarrestando están esos otros símbolos que encarnan la muerte como son los cipreses. Es decir, todo lo que empieza acaba por eso, me imagino, habréis visto la calavera ya. Si no es así, os recomiendo alejaros lo suficiente de la pantalla para ver algo más que aquello que vuestros ojos pueden apreciar a simple vista.
Bernardino realizó otros tres cuadros de este estilo.

Bernardino Montañés y Pérez
Zaragoza, 20 de enero de 1825 / 6 de enero de 1983

Pintor de la llamada escuela española. Empezó estudiando en la Escuela de San Luis de la mano de Tomás Llovet, escultor alcañizano, máximo representante de neoclasicismo bajoaragonés. Gracias a la protección de Santos Sanz, ingresó en 1845 en la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid y frecuentó el estudio de Federico de Madrazo.

En 1848, se trasladó a Roma al obtener una beca del gobierno de Isabel II para ampliar su formación. Allí trabó amistad con los artistas españoles, Felipe Moratilla, Carlos Múgica, Francisco Lameyer, Ignacio Palmerola, Francisco Jareño, Patricio Patiño y Miguel Floyxench. En la década de 1850 viajó a Italia, Austria, Baviera, Sajonia, Prusia, Bélgica y Francia, antes de volver a España.  A su regreso acabó siendo profesor e individuo de número así como director de la escuela San Luis y académico correspondiente de la Real de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Fue miembro de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia y conservador del Museo de Zaragoza. 

Remitió sus obras a muestras y certámenes; en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862 y en la de 1864 fue galardonado con mención de honor y participó en la Universal de París de 1855 y en la de Londres de 1862.
Podría definirse su obra como ecléctica al combinar corrientes del neoclasicismo con el rococó. La mayoría fueron retratos y pinturas religiosas.

Otras ilusiones ópticas:

Octavio Ocampo

Pan de muertos / Octavio Ocampo

"L´amour de Pierrot" /  1905
 Postal que muestra el amor de Pierrot  y Columbine. 

Oleg Shupliak


Oleg Shupliak

Oleg Shupliak

Artush Voskanyan

19 de septiembre de 2021

La fiesta del castaño

La fiesta del castaño rojo era por finales de abril. Decía la tradición que había que honrarlo para que no pasara nada malo el resto del año... pero siempre pasaba algo. Mi madre nos había preparado unas aljabas para llenarlas de flores con las que luego hacer ungüentos y unas cestas con viandas para pasar el día.
Al ocaso, las muchachas bailábamos descalzas dejando que el viento llevara nuestros cánticos mientras dibujábamos círculos y agitábamos los arcos de olivo que con tanto esmero habían fabricado y bellamente  tallado los chicos desde de la recogida de la oliva.

(97 palabras )
Septiembre

Vladimir Kush


Arco / flechas/ aljaba
"Escribir Jugando" es un reto mensual de escritura creativa.. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña.

Reto opcional: Que aparezca en la historia algo relacionado con esta flor: Castaño rojo. Indicada para aquellas personas que sienten un exceso de preocupación por los demás, aporta libertad y confianza en la toma de decisiones de sus seres queridos.

5 de junio de 2021

Inmortal Lorca

Hablar de Lorca es dejar puntos suspensivos en una historia que parece que todos conocemos pero tiene tantas lagunas, tantas curiosidades..., es tan rica, tan mágica como trágica pero fantástica.
Lorca, Federico García Lorca. ¿Un poeta?, ¿un dramaturgo?, ¿un contador de historias? ¿Uno de los más destacados componentes de la Generación del 27? Sí, efectivamente, eso y mucho más porque a pesar de su corta vida no le faltó intensidad en ella tanto a nivel profesional como personal.

Obra de Checho

Su obra ya tuvo en su momento un gran reconocimiento pero el estallido de la Guerra Civil Española en el 36 y, tal vez, una venganza entre familias —como revancha a la publicación de La casa de Bernarda Alba, donde el poeta criticaba ferozmente y sin tapujos a dos familias: Los Roldán y los Alba, ambas enfrentadas al padre de Federico por rencillas de antaño relacionadas con algún reparto de tierras—, provocaron que acabará detenido y fusilado dos días más tarde en un barranco, al arrullo de una luna que gritaba lágrimas y bajo el lamento de una Granada que volvía a guardar silencio.

Quizá por ello se haya convertido en un símbolo de todos los desaparecidos durante la Guerra Civil.

Una mente dotada de una sensibilidad extrema. Nació  hace 123 años en la media noche de tal día como hoy, al amparo de esa luna que ya no dejaría de llorar. De nombre le pusieron Federico del Sagrado Corazón de Jesús. Su padre era agricultor pero tenía posesiones y dinero. Su madre, una maestra de escuela de modo que su niñez transcurrió, como diría él mismo, en «la obsesión de unos cubiertos de plata y los retratos de una madre que no era la mía. Mi infancia es aprender letras y música con mi madre».

Ilustración de Julio Seijas Gómez

Según contaba su niñera, porque la tenía —Carmen Ramos— sus primeros intereses vinieron de la mano de los títeres y de la música que su madre le inculcaba. Eso dio fruto a su espectacular inventiva aunque lo más destacable y lo que le influyó mucho, y así se refleja en toda su obra, es el paisaje de su tierra. Ello nos lleva desde Primeras canciones hasta La casa de Bernarda Alba, obra que, como he dicho antes, fue, posiblemente, detonante de su muerte.  Pese a ser un «niño rico» tampoco fue ajeno a la injusticia social y de ahí Mi amiguita rubia, incluido en Mi pueblo donde hace mención o rememora la historia de una familia pobre de su pueblo, haciendo especial hincapié en la madre a la que llama «mártir de la vida y del trabajo».

Aunque nunca perteneció a ningún movimiento literario sí que tiene muchas pinceladas del surrealismo en su poesía donde destaca esa asociación extraña de palabras. Fue en su época de estudiante —estudió Filosofía, Letras y Derecho— cuando coincidió, en las famosas tertulias de El rinconcillo, con otros intelectuales, artistas ya reconocidos u otros que lo serían en un futuro dentro de diferentes disciplinas, desde la poesía al periodismo, de la pintura a la política. Primero es en su tierra pero luego, de la mano de un catedrático de su universidad, conoce Castilla y Galicia lo que supone para él un gran enriquecimiento cultural y personal. De estas experiencias nació su primer libro en prosa titulado Impresiones y paisajes, publicado en 1918, acabados sus estudios. Por entonces también publica algunos poemas que darán el sencillo nombre de Libro de Poemas.


Es cuando decide trasladarse a Madrid y se instala en la archiconocida Residencia de estudiantes por la que pasaron y pasarían personajes tan ilustres como Einstein, John Maynard o Madame Curie, muy influyentes en su formación intelectual. Ahí entabló amistad con Luis Buñuel, Rafel Albert, Pepín Bello —altoaragonés como yo, de mi misma ciudad—, Juan Ramón Jiménez o Salvador Dalí entre otros, de quien se dice que fue un amor a grito callado. Esta amistad supuso la afición de Lorca por la pintura.

Afgano invisible con aparición, sobre la playa, del rostro de García Lorca,
en forma de frutero con tres higos 
1938 / Salvador Dalí

Palabras de Dalí a su amigo Lorca:

«Tú eres una borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo (…) Yo iré a buscarte para hacerte una cara de mar. Será invierno y encenderemos lumbre. Las pobres bestias estarán ateridas. Tú te acordarás que eres inventor y viviremos juntos con una máquina de retratar».

¿Un pintor? Sí, un pintor. Como parece ser le dijo un día al poeta cubano Juan Marinello: «Soy mucho mejor pintor que poeta; sólo que me ha dado por hacer versos». Si en sus textos nos abre un mundo que quiebra el alma, nos acerca al niño más íntimo y nos encumbra en el poder de la muerte, de los últimos suspiros y nos embadurna con el aroma del amor truncado y de la sangre, sus dibujos y pinturas alcanzan multitud de temas y formas, y es a través de ellos, como forma más íntima de su expresión, donde mejor expresa lo real y lo irreal. Hablan con metáforas, con drama del amor, del sexo, de la muerte..., del destino. Todo ello llega a formar parte, no solo como ilustraciones para sus poemas o para hacer postales para sus amistades, si no también del resto de su literatura —decorados para el teatro—. Su primera exposición a título individual tuvo lugar en Barcelona coincidiendo con el estreno de María Pineda. Posteriormente, de manera colectiva en Huelva. 

«Lorca, cuando cogía unos lapicillos de colores o la misma pluma con la que escribía sus poemas, seguía teniendo una frescura de fontana, una gracia como de juego en la calle, de sonrisa de patio, de gallo de veleta, de todo aquello que había visto u oído, no sabía cuándo con los ojos de su niñez granadina: jarrones con peces y flores, vírgenes atravesadas por puñales, niñas en las ventanas y azoteas, ángeles de las torres, manolas, arlequines, bandoleros y marinerillos ebrios y enamorados, todos los temas y figuras de su poesía lírica y dramática, hasta el momento del romancero gitano, un año antes de marchar a Nueva York, época en que cambia su estilo, contagiado sin duda por la atmósfera surrealista que ya se extendía por casi toda Europa».

Rafael Alberti 

El éxito pareció acompañarle siempre pero sufrió una terrible crisis a raíz la publicación de Cancionero gitano. Fue criticado de costumbrista y defensor de los gitanos en el sentido más pellorarito, incluso por sus amigos Buñuel y Dalí. Además, en este momento había roto su relación sentimental con el escultor Emilio Aladrén. Con el tiempo, obviamente, ha sido una de sus obras más elogiadas.

Estos hechos le llevaron a tomar la determinación de salir de España. Llegó a Nueva York a bordo del Olimpic, en 1930. La ciudad era «alambre y muerte». Un sistema capitalista y un trato injusto hacia los afroamericanos le sorprendieron y todo quedó plasmado en Poeta en Nueva York aunque no se publicó hasta cuatro años después de su muerte.

Vendría al año siguiente Bodas de Sangre, cuya continuación está en Yerma. Nunca llegó a terminar la trilogía aunque él decía que ya tenía pensado el título.

Ilustración de Ilu Ross

Abandonó Estados Unidos y pasó a Buenos Aires de donde regresó a España a pesar del inminente estallido de la Guerra Civil. Fue el principio del fin y el camino a la inmortalidad como bien sabéis. El mundo lo admiraba. Le llamaban el «Homero español» pero en España se estaba convirtiendo en un personaje molesto. Por un lado, sus amistades y por otro, sus opiniones.

Pudo refugiarse en la casa de Manuel de Falla que estaba en la parte republicana, en cambio, prefirió quedarse en la otra, alojándose en la casa de los padres de su amigo Luis Rosales donde fue detenido el 16 de agosto de 1936. Acababa de publicar La casa de Bernarda Alba.

El resto de la historia ya la sabéis.

Sí quiero haceros partícipes de una de las cinco grabaciones de sus poemas, realizadas 1931 —en aquellos discos de pizarra de un palmo y que iban a 78 rpm. y que tenían solo una canción por cara—, donde él pone la música al piano y la cantaora conocida como «La argentinita», voz, zapateado y castañuelas. 

Fueron un total de diez poemas que han pasado a formar parte del cancionero popular:  Zorongo gitano, Los cuatro muleros, Anda jaleo, En el café de Chinitas, Las tres hojas, Los mozos de Monleón, Los Pelegrinitos,Sevillanas del siglo XVIII, Las morillas de Jaén y Nana de Sevilla que podéis escuchar.


Y como de una Luna se trata, como una Luna vive aquí, os dejo el Romance de la luna Luna, el primer poema de Cancionero gitano. Os lo dejo en letra de él y en voz de Carmen París, otra paisana mía. Emoción y ternura.

Hijo de la luna / Ami-pixel
Picar en la imagen para escuchar

27 de mayo de 2021

Agrimony

Agrimony nació con la primavera cuando las diosas, desde su Olimpo, abren sus manos y bendicen la tierra. Su primera expresión fue una sonrisa pero la oscuridad de su mirada desvelaba un profundo abismo que, con el tiempo, se hizo más intenso como el mar que se agitaba entre su alma y su pecho. Durante las nocturnales sus fantasmas se removían entre sus huesos y resucitaban sus miedos pero, aquel amanecer, donde las sombras jugaban con la luz, esta inundó el tormento de su alma, sus alas se abrieron y el infinito se puso a sus pies para sobrevolarlo.

(99 palabras)

Obra de Shawna Erback


Palabras clave:
Olimpo o
Panteón de divinidades

"Escribir Jugando" es un reto mensual de escritura creativa.. Lo organiza la escritora Lidia Castro Navas desde su blog y consiste en microrrelatos o poesías con límite de 100 palabras inspirándonos en una carta propuesta y el dado que la acompaña.



Reto opcional:
 
Que aparezca en la historia algo relacionado con esta flor: Agrimony. Indicada para personas que son muy alegres en apariencia, pero que sufren por dentro. (Nombre, descripción o efecto sobre las emociones):



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