La Gran Maestra purificaba la sala templar donde brillaba el capricho que Marduk había creado para el Hombre: Tierra y agua para edificar la vida. Sus palabras eran arrullos que florecían con el mismo aroma del incienso y el brillo del fuego. Su pupila la observaba detenidamente siguiendo en silencio sus jaculatorias y plegarias.
Cuando concluyó, le entregó el frasco del elemento sagrado bordado en silencio hasta romperse por el aleteo de sus brazos, mostrando su verdadera naturaleza. Emprendió majestuoso vuelo para confundirse en la nívea curiosidad de la cellisca y dejar así legado del valor de su enseñanza.
(99 palabras)
Obra de José Luis López Galván |
El pueblo acadio, de la Mesopotamia del s. XXII a.C. creía que el ladrillo de entonces era un capricho del dios (rey) Marduk, principal deidad de la última generación y patrón de Babilonia.
Un relato que es pura poesía. Me encantó.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Ana.
EliminarUn beso.
Tiene el tono de un relato ancestral y queda uno con la curiosidad de saber y leer más de aquella historia.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
Se me dan bien los empieces, Mi Estimado Dulce.
EliminarLos continúa, también :)
Muchísimas gracias.
Un beso.
Una historia con mucho que contar. Excelente tu relato, mi querida Mag.
ResponderEliminarMágico.
Mil besitos con mucho cariño para ti ❤️
Otros tantos para ti, mi querida Auro, y millones de gracias.
EliminarMaravilloso amiga mia. FAntástico. Besos :D
ResponderEliminar¡Oh, me azoras!
EliminarMil gracias.
Un beso.
ohh qué belleza! Tu relato transporta a un mundo pleno de fantasías! Esos seres que recreas son maravillosos, nos haces vivir cada relato como si fuera algo totalmente visual!
ResponderEliminarMe encanta.
beso enorme.
Casi por un momento pudiera parecer esa mansión de seres maravillosos con dones especiales, ¿verdad?
EliminarMuchísimas gracias, sobre todo por eso de visual. Es lo que intento siempre, que mis letras sean el reflejo de las imágenes de mi pensamiento.
Un beso enorme, Luna.
Excelente relato, lleno de magia, y sinceramente me dejó con ganas de saber cómo continúa la historia, lastima que no se pueden poner más de 100 palabras, porque sinceramente me metí en la historia, felicidades, me ha gustado mucho tu relato, lo disfruté.
ResponderEliminarBienvenido, Wulfric. Original todo tu nombre :-) y con su simboismo. Me gusta.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y, bueno, aquí el mérito es abreviar algo que voy logrando :-9
Un beso enorme.
Dan ganas de seguir leyendo y leyendo.
ResponderEliminarBesos boquiabiertos.
Estas historias, Toro, son siempre de páginas inacabadas.
EliminarUn beso enorme.
¡Me encanta! Muy buen trabajo, Maga. Con la investigación histórica que has hecho sobre la conexión entre el adobe y Marduk (dios patrón de Babilonia). Como siempre tu narrativa es pura poesía y esa imagen con la que acompañas el text me ha inquietado y maravillado a la vez. Muchas gracias por tu aporte al desafío de este mes. Un abrazo enorme 🤗💜
ResponderEliminarLa imagen se me presentó sola. Únicamente tenía 100 palabras para expresar la historia porque la imagen da para 200 por lo menos :-)
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y dinámica.
Un beso.
Un cuento donde te has molestado en investigar y eso es muy de agradecer, estas hecha un As, un cuento mágico como todo lo que hay en este lindo blog, Las imágenes son una pasada me chiflan y las historias mucho más.
ResponderEliminarUn besazo y un feliz Año Nuevo.
Todo viene dado, Campi. A veces no es preciso buscar demasiado. Solo falta desear y ser paciente y todo se presenta ante los ojos como un abanico en el que poder escoger la varilla que más interesa.
EliminarAgradezco tus palabras :-)
Un beso enorme.
Has unido en tu relato la historia y la magia de esos seres que aparecen en esa sala templar con aromas a incienso místico.
ResponderEliminarNos has dejado con ganas de más.
Besos.
la sala es enigmática por sí misma. Solo podía existir magia en ella y algo sobrenatural que une lo mortal con lo inmortal.
EliminarMuchísimas gracias, José.
Un beso.
Wala,,, no me había fijado en el dibujo hasta el final. Es genial y complementa y encaja perfectamente el relato. Al principio pensaba que eran Maestra y lechuza, pero son la mía.
ResponderEliminarY el objeto de adoración el ladrillo, muchoas eficiente que muchos otros dioses.
Le has dado una vuelta por la Magia a los elementos de Lidia.
Nesoss
Hola, Gabi. Sí, son la misma. Quien permanece en segundo plano es la pupila.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un beso enorme.
Sí, se han quedado cortas esas cien palabras...
ResponderEliminar¡Eso es bueno! Al mismo tiempo, un reto.
EliminarUn beso y mil gracias.
Sigue pasando el tiempo pero tu estilo, tu don, es tan maravilloso como único, siempre.
ResponderEliminarBesissssssssssss!
¡Ay, Almi, esos besos buenos!
EliminarNo sabes la alegría que me da el verte por este Universo. Espero mejorar como el buen vino con el paso de los años. No sé si me haré reserva pero espero mejorar. Siempre se aprende.
Cuídate mucho y mil gracias.
Besis más :-9
Qué vocabulario exquisito, Magda. Me encantó tanta poesía. Leerte es mágico.
ResponderEliminarte espero por mi blog:
https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com.
Abrazotes desde Argentina
Hola, Elisabet. Sé bienvenida y encantada de tenerte aquí, en este universo azul.
EliminarConozco el blog porque una compañera de letras escribe ahí, Rosana, que participamos en el tema de los jueves, así que seguro que paso.
Muchísimas gracias por tus palabras y sabes que tienes una caracola a tu nombre para viajar por aquí siempre que lo desees.
Un beso.
Un humilde ladrillo es la transfiguración de la tierra y el agua juntos.
ResponderEliminarBesitos. 😘
Lo más simple puede ser lo más grande, Ratoner.
ResponderEliminarUn besote.