Calcedonia no nació, sino que fue invocada cuando alguien quebró un juramento bajo el jacaranda florido. Aparece en los claros de luna, vestida con brumas violetas y la mirada de quien lo recuerda todo.
Camina entre raíces y silencios, con una piedra en la mano y antiguos nombres en la boca.
No grita, no acusa. Solo deja su ofrenda en el umbral del culpable.
Quien la ignora, desaparece.
Quien la guarda, arrastra el peso de lo que hizo.
Implacable su letanía, donde termina el silencio.
Por miedo al eco de sus pasos… ya nadie promete lo que no puede sostener.
(100 palabras)
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Calcedonia |
Cuántas promesas falsas acabarían con alguien como Calcedonia. Sabes dar vida a personajes enigmáticos y mágicos.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce mes.