23 de febrero de 2020

Viaje a Limbo Azul

O lo que vendría a ser el devaneo de una musa.

Fragmento de "La Dama de la Luna"
 María del Carmen Pérez, / 2018

Qamar es uno de esos seres que lleva a rajatabla lo de ser quien se es. Ni más ni menos. Por eso, durante un tiempo, pensó y pensó porque realmente se sentía agotada. Aquella semana brilló como nunca. Una maravillosa luna llena encandilaba desde el cielo.  Hasta Ratón, su eterno y querido amigo, suspiraba desde el alfeizar de la ventana. No sabía bien cómo decírselo por miedo a cómo se tomaría aquello que había decidido. 

—Ratón, necesito ausentarme unos días. Aprovecharé mi semana de retiro para hacer algo que tengo pensado desde hace muchos lustros. Espero poder acabar a tiempo pero si ves que tardo un poco más, no te preocupes.
—¿Y dónde vas, Lunita?
—No puedo decírtelo por ahora, Ratón, pero confía en mí.

Imagen de la red
Ratón se quedó suspirando y pensativo. ¿Qué sería lo que Qamar tenía entre manos para que él no pudiera saber nada? Pero ella había decidió que se echaría por encima el velo negro el último día de luna llena y partiría. Lo que no sabía es que tardaría un poco más y que en su ausencia ocurrirían algunas cosas que cambiarían todo su sentido.
Antes de partir, aprovechando la profundidad del sueño de su amigo, Qamar se acercó hasta la casa de Ratón, se asomó por la ventana y, traspasando el cristal, con sus rayos plateados arropó al pequeño roedor y le acarició la frente tan suavemente que no la percibió. No podía reprimir una sonrisa pero tampoco un atisbo de tristeza pues la separación era inminente y ninguno de los dos estaba preparado para que esta durara mucho tiempo.
Antes de abandonar la habitación, dejó sobre la mesita una nota:

«Me marcho a Musitarum, ya sabes, el lugar donde descansan las musas y se susurran las inspiraciones. Tengo que hablar con la diosa Musita y realizar una musitación junto a ella. No puedo contarte más por ahora. Espera a mi regreso, Ratón».

Y Qamar se marchó. Cuando Ratón despertó se sintió un poco más triste. Sabía que aquel viaje era importante para ella, que todas las lunas deben hacerlo al menos una vez en la vida pero nadie sabe dónde está exactamente. Solamente las musas. Ahora le tocaba a su Lunita. El Limbo Azul, en el país de la Fantasía, estuviese donde estuviese, era de vital trascendencia ya que durante él tomaría la inspiración necesaria que luego podría susurrar a los demás. Ratón no recordaba muy bien qué significaba cada cosa así que fue hasta su baúl donde guardaba todas aquellas que eran imperdibles. Rebuscó —cabe decir que es muy caótico este roedor pero en su caos tiene un orden realmente estudiado— y, por fin,  halló aquello que buscaba.

Era una especie de diccionario, pero no era un diccionario normal. Era un diccionario mágico pues las palabras en él registradas no existían en otra parte fuera del país de la Fantasía o tenían un significado diferente en el mundo de la Inspiración. Recordó entonces quién era la diosa Musita (diosa de la Musitación), dónde no estaba Musitarum o eso que llamaban el Limbo Azul, qué era una musitación (meditación musitada), un musitante (quien musita, quien susurra en los silencios y transmite el mensaje de las musas), un musitario (muestrario de musas o el lugar donde se conservan todas las musitaciones) y hasta un musital (recital de musitaciones). Y la cabeza le dio vueltas. Demasiadas cosas que asimilar con el estómago vacío. y quería quitarse la pena, y con pan las penas ya se sabe que pesan menos.

Empezó  a echar de menos a Qamar desde el primer momento pero se concedió aquella semana de luna nueva, cuando ella se cubría con el velo negro y desaparecía del cielo. Pero cuando a la octava noche no la vio, empezó a sentirse más triste y un poco más solo. Y así, noche tras noche, sin darse cuenta de que su bonito color azul se iba perdiendo. De modo que para solucionar ese problema de soledad y tristeza, se inventó un mundo mágico al que llamó Bosque Imaginado donde vivían seres muy especiales, curiosos y raros que compartían historias que el mismo imaginaba y que hacían que su tiempo fuera un poquito más ameno.

Sus amigos  lo notaban un poco despistado pero no le dieron mucha importancia.  Su trabajo en la imprenta le resultaba monótono.
Y así pasó un tiempo. Mucho tiempo. Cada noche miraba por la ventana a ver si por fin aparecía Qamar y una noche, mientras él dormía, entre las nubes, su Lunita se hizo hueco  y se coló por los resquicios de aquella ventana que nunca ajustaba del todo. Ratón dormía profundamente, ajeno a la presencia de su musa. Soñaba algo bonito en el que se veía con Qamar descubriendo el Limbo Azul, recogiendo cosas para su Bosque Imaginado.
Qamar lo vio distinto. Entonces se dio cuenta de cuánto tiempo habían permanecido separados. Ya no tenía aquel color azul que a ella le había parecido fascinante. Ahora era un poco más blanquito pero seguía teniendo aquella cara tan bonita, aquellos bigotillos tan inquietos.  Y seguía siendo su amigo.
Se quedó con él justo hasta el alba. Lo arropó y se marchó, dejándole sobre los pies de la cama un MUSITARIO donde se recogían todas aquellas palabras molonas que había ido esparciendo y todas aquellas otras que florecerían en un futuro y que tantas ideas proporcionaban a su amigo. Y como ella, desde sus alturas y aunque no se la vea conoce todo de los demás, se quedo tranquila porque sabía que su Ratón, pese a la ausencia, había encontrado una forma de mantener viva la inspiración. Sin duda alguna, Qamar seguía siendo parte de su numen. Palabra que salía en su Musitario de futuras palabras molonas.

Al caer la tarde, envuelta en sus velos azules y su carita de perla, regresaría para contarle todo su viaje y darle ese abrazo inmenso con el que Ratón se sentiría reconfortado —y ella, también—, porque un abrazo es algo que une a los corazones.

Obra de Tim Carton
El Musitario, este cuaderno lleno de palabras inspiradas, es un aporte conjunto con Ratón (Ratonet) que os invito a conocer si todavía no sabéis de él. Solo tenéis que picar en su nombre y para leer su versión sobre esta historia de dos, picad en la imagen superior.

Con tantos caminos abiertos a lo largo de esta historia, no os olvides de echarle un ojazo al Musitario.

8 comentarios:

  1. Querida Qamar

    Gracias por estar siempre a mi vera... incluso cuando estás ausente o de viaje.

    Besitos

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    1. Las gracias y más he de dártelas yo porque siempre has estado a mí lado, me has apoyado en este camino de letras en el Universo Azul y Ratuno, con tus ocurrencias, con tu trabajo. Por todo este tiempo compartido, por las historias entre dos, por este amor por la fantasía, las letras, la inspiración…
      Y lo más importante de todo, Ratoner (sí, para mí, Ratoner) es que pese a todo, pese a los viajes imprevistos, a las ausencias obligadas, nos seguimos siendo.
      Mi abrazo inmenso y un beso muy especial :-)
      Millones de gracias. Infinitas.
      Ahora a por más.

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  2. Bonita y mágica historia de amistad. Felicidades para ambos.

    Beso dulce Mi Estimada Magda.

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    1. Gracias, Mi Estimado Dulce.
      Lo cierto es que es una amistad que a ambos nos ha aportado mucho y da gusto.
      Un beso.

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  3. Es una historia donde prima la amistad y la fantasía, ha sido un placer viajar a lo largo de esta historia y sus distintas avenidas. Gracias por aportar luz y color. Mi enhorabuena por vuestra amistad y por vuestra imaginación.

    Mil besitos de admiración para amb@s y muy feliz día.

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    1. Es maravilloso poder contar con personas como Ratón, como tú, como Dulce, como Alma, como todos esos amigos y amigas que de algún modo nos estamos a pesar de la distancia y de los tempos.
      Agradecida por este privilegio.
      Un beso enorme.

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  4. Querida Magma,
    Ahy... ! Qué decir que no se haya dicho ya de esta historia de amistad.
    Me ha llenado el corazón, y lo más importante ha hecho posible que regrese a vuestras historias compartidas. Las que durante un tiempo había dejado a un lado, pero con las que mi mundo crece y crece.
    Muchas gracias por esta historia, por compartir vuestra amistad y por seguir en el mundo de la imaginación.

    Un beso alado,
    Lili

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    1. ¡Lili, qué alegría saber de ti! Mira que me he preguntado veces y no veía nada nuevo en tu enlace. Me aimagino que has tenido otros proyectos que te han mantenido alejada de esto, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Cada cosa a su momento. No sabes la felicidad que me das.
      Mil gracias por pasarte y a ver si vamos coincidiendo.
      Un beso :-)

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