29 de agosto de 2022

¿A qué huelen los libros?

Heidi le preguntaba al abuelo a qué olían las nubes. Yo os pregunto a qué huelen los libros. Sí, a nuevo o a rancio, a mueble viejo... Pero si nos paramos a disfrutar de ese olor nos llegarán percepciones de almendra amarga o de un intenso aroma dulce que no podemos llegar a definir, sobre todo cuando son nuevos. Sea lo que sea lo que nos provocan, sí evocan emociones que deseamos atrapar fervientemente. 

Vladimir Kush

Despiertan el poder de nuestros sentidos. Ponemos el oído cuando pasamos las páginas y escuchamos sonidos que solo laten en nuestro interior. Los ojos nos brillan solo por el mero hecho de tenerlos entre nuestras manos y ante la intensidad de las imágenes, sensaciones y emociones que se recrean en nuestro cerebro. Ahí está el tacto, incluso cuando al acariciar las hojas, en sus diferentes texturas, estas se nos revelan y nos cortan. ¿Y el sabor? ¿Qué me decís de ese gustillo que queda en la yema del dedo cuando la humedecemos para pasar mejor las páginas que se nos resisten? Hay quien se siente tan tentado por el sabor de los libros que se los come pero, eso, ya es otra cosa muy sería llamada bibliofagia.

Amo los libros en papel su olor y la caricia de sus hojas son una seña de identidad.

¿Por qué huelen los libros?

La culpa la tiene la lignina y sus aceites esenciales. No, no es un hada traviesa que juega con los libros. Podría, pero no. 
Su nombre viene del latín lignum, 'madera o leño que se recoge'. Es un polímero orgánico —esto no sé explicarlo pero, después de la celulosa, es el más abundante en la Naturaleza— que se encuentra en los tejidos de las plantas, la única fibra no polisácarido que se conoce. Es un componente de la madera encargado de dar grosor a los tallos de las plantas leñosas, así se llaman las que contienen mucha lignina, prestándoles rigidez y evitando que se pudran por la invasión de microorganismos. Se caracteriza por ser un complejo aromático. También está muy presente en frutos y semillas como la ciruela, el coco, los piñones o el melocotón.

«... material fibroso, insípido, insoluble en agua y alcohol, 
pero soluble en soluciones alcalinas débiles,
 y que se puede precipitar de la solución usando ácido...»
1813.  
Definición dada por el botánico Augustin Pyramus de Candolle

 Augustin Pyramus de Candolle
1778-1841

Pero ¿por qué no huelen igual los libros nuevos que los viejos?
Tanto unos como otros desprenden unas cosas que se llaman COV, es decir, complejos orgánicos volátiles producto de la descomposición o degradación de los mismos, junto a otros derivados del tipo del papel, del producto usado para la encuadernación y de la tinta empleada en la impresión. Actualmente hay una importante variedad de aromas por lo que no huelen igual todos los libros nuevos:

  • Tolueno y el Etilbenceno: Olor dulce
  • Vanillina: Similar a la vainilla 
  • 2-etil hexanol: Ligeramente floral 
  • Benzaldehído y el Furfural —se encuentra en el maíz, la avena, el trigo y el serrín—: Similar a la almendra. 

Con los libros antiguos no ocurre igual ya que se hacían casi siempre con los mismos componentes. Cuanto más antiguos son los libros, más lignina contienen porque estuvieron sometidos a menos tratamiento y el componente químico era de origen natural como el furfural. 

Al principio, la lignina da ese raro olor a vainilla. Luego se transforma en un olor a hierba y, al final, acaba oliendo como a moho. —A veces digo que huelen a iglesia.

"Primus circumdedisti me" /1522/ Carta de Juan Sebastián Elcano
 
¿Por qué se vuelven sus páginas de ese tono amarillento cuando un día tuvieron el esplendor de la luz blanca? 

Casi todos los papeles están hechos de celulosa, que es incolora y refleja estupendamente la luz por eso vemos el papel blanco nuclear, pero ahí anda la famosa lignina, muy susceptible a la oxidación, y en cuanto entra en contacto con la luz, la humedad y el aire empieza a cambiar su estructura molecular. En este proceso de oxidación crea unas moléculas llamadas cromóforos —del griego kroma, color, y pherein, cargar, más el sufijo -o (agente que hace la acción), 'portadores de color'— que, en este caso, son de color amarillo o marrón. Así que a mayor paso del tiempo más intensidad en el olor y también más endeble se vuelve el papel.

¿Os habéis dado cuenta que el olor a libro nuevo nos provoca emoción y alegría y que los antiguos nos mueven los recuerdos que alberga nuestra memoria? Cada libro tiene su propio ADN, es decir, su propia huella química que puede ser usada para averiguar su origen geográfico y su datación.

Y ahora, decidme, ¿a qué huelen vuestros libros? Si pudierais elegir un aroma, ¿a qué os gustaría que olieran los libros nuevos?

16 comentarios:

  1. Que bonita tu entrada Mag, los libros...ays los libros :P sonrio... tendrias que ver mi carita ;)

    A mi mas que el olor, siempre me atrajo el tacto de sus páginas, el poder sentirlo entre mis manos
    y si ya es de alguien que conozco, amistades ... pues es un tesoro de su corazón al mio.
    Me ha encantado todo lo que cuentas, desde el color que aun así, por lo mismo...
    hoy se emplea en blanco hueso o beis...

    Para asociarlo a ese recuerdo creo yo, al leerlo ya... con ese toque de lo que ya hemos tenido aunque sea nuevo.
    Y es que un libro, despierta emociones y cuando lo terminas, al menos yo... me quedo con ganas de mas..

    Besitos enormes y mi cariño preciosa y feliz inicio de semana.

    ResponderEliminar
  2. Me has hecho sonreír y emocionar, como siempre.
    Algunos de mis libros huelen a infancia... la mía y luego la de mi hija.Huelen a casa de la abuela y ese patio en verano con el sonido de fondo de las chicharras. Luego están los otros, los que siempre olerán a prohibido, los que se suponía que no debería haber abierto siquiera, y sin embargo esa era el mejor motivo para hacerlo. Ahora los libros huelen a serenidad y refugio, a brisa marina o aire del bosque, y dentro de poco será a chimenea encendida y a té con canela...

    Gracias por esta entrada entrañable... se te quiere, besissssssssssssssssss!

    ResponderEliminar
  3. Ya sabemos que los aromas son evocativos y los asociamos así a diferentes cosas y vivencias. Una interesante entrada y muy didáctica. Y que bien que haya libros que huelen dulces ;)

    Beso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.

    ResponderEliminar
  4. Madre mía que maravilla de entrada... y como dice Alma, ese olor inolvidable que nos lleva a la infancia!
    Recuerdo la enorme biblioteca que tenían mis padres y recuerdo también la cantidad de veces que la recorría abriendo y cerrando libros oliendo sus hojas a veces amarillentas ya.
    Qué preciosidad de información también!
    Beso enorme.

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado leerte amiga mia, como siempre. En mi caso y en mi casa, donde los libros más antiguos tienen cuarenta años... huelen al paso del tiempo. Algunos, los de los estantes más altos aunque no por ello olvidados, pueden oler más a polvo que los que están más cerca del plumero. Pero todos huelen a ese tipo de hojas que se abren de tanto en tanto pero que me encanta. Besos :D

    ResponderEliminar
  6. Bonita publicación e investigación. A mí me encanta el olor de los libros, sobre todo los nuevos, pero nunca me he parado a pensar a qué me recuerda ese olor: frutas, vainilla, misa... Ni idea, creo que diría que me huelen a libro, jajajaja, es decir que ese olor estuviera catalogado igual que cualquier otro olor.

    Por otro lado, es curioso también lo de la lignina, soy aficionada al scrap y los papeles que compro para los álbumes de fotos o similares, la mayoría, están libres de lignina, para que no se deteriore con el tiempo y, sobre todo, no deteriore las fotos. Curiosa la lignina, sí, muy curiosa. ;-)

    Un beso :-*

    ResponderEliminar
  7. Te ha quedado una entrada muy bonita e interesante. Hace años tenía más fetichismo por los libros en papel, con el tiempo me he ido volviendo una persona más práctica (horrible palabra) y leo por igual en papel o digital, mientras me digan algo no me importa el formato.

    ResponderEliminar
  8. La primera asiciacion es el colegio, que como en ese momento eran nuevos, yo creo que en el cole nos gustaban por esa olor, que duraba sorprendentemente poco. Una amiga queria tener una libreria o un kisko, solo por el olor, sunque nunca hizo nada por conseguirlo. Un kiosco no es lo mismo, huele mas a periodico y por tanto a papel de menos caldad y sobre todo a tinta.
    Eso del moho creo que ademas del a antiguedad tiene que ver con la calidad que acelera la aparicikn de ese olor. Creo wue es muy acertado enl paralelismo con la olor a iglesia
    Bonita y alecciknadors entrada Mag.
    Besosss

    ResponderEliminar
  9. Muy interesante me ha encantado esta entrada.

    ResponderEliminar
  10. Muy interesante, me ha encantado esta entrada. Citu https://enamoradadelasletras.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  11. Hola Mag , una entrada muy curiosa..... Ahora ya se porque los libros viejos , huelen así
    yo la verdad es que no me he pasado a pensar en cual olor me gustaría que oliese , ahora te digo
    una cosa , ¿tu sabes que en la época de Torquemada, era muy normal que más de un monje muriese leyendo libros prohibidos de las antiguas abadías? Eran envenados con "curare" , en la parte de arriba en las esquinas de los libros, ejemplo en la peli del "Hombre de la rosa" te deseo una feliz noche y mejor fin de semana , besos de flor.
    Pd , Yo de ti , no pasaría las paginas con con las yemas de los dedos húmedos por si acaso.🥰🥰🤔🤣

    ResponderEliminar
  12. Llevo esto de responder más que mal. Ohmmm!!!
    Pero me encantan todas vuestras respuestas porque, además, se perfila ese intenso amor por los libros, por el papel.
    Mil gracias también por vuestros apuntes ya que nos enriquecen a todos y complementan la entrada. Ah, y por vuestro sentido del humor. Creo que seguiré mojando el dedo cuando ya la paciencia esté a punto de desbordarse 😊😊😊
    Muchísimos besos y abrazos para todos 😚😚😚

    ResponderEliminar
  13. Como soy un ratón digital, suelo leer libros digitales.
    Si algún día se pudiera elegir el olor de los libros digitales, los míos olerían a petricor.
    Besitos 😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Mmm!, un olor estupendo... Imagina el petricor llegado desde una clepsidra.
      Un beso, Ratoner.

      Eliminar
  14. A mujer...
    Debe oler a mujer
    porque de su aroma respiro.
    Viene en las noches,
    viene cuando sueño,
    porque así vuela el tiempo.
    Viene cuando leo,
    viene cuando escribo
    cuando pienso en el negro
    en el negro gastado de sus letras
    sobre paginas amarillas
    donde esta impreso el tiempo
    no perdido.

    Gustab

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No podía oler a otra cosa viniendo de ti. Es la esencia que te mueve.
      Un beso, Gustab.
      Gracias por venir.

      Eliminar

Escribir desde el alma del niño que habita dentro nuestro es abrir las alas del adulto que somos.
Gracias por disponer de un ratito y pararte aquí.


↓↓↓ Notas de interés a pie de página ↓↓↓

De mis viajes en caracola...