El cielo estaba medio nublado. Elio, el sol sin h, andaba algo despistado entre las nubes, jugando a esquivarlas. Pero, en un momento dado, tropezó con aquel sin fin de gotitas de mil colores que formaban las nubes y cayó, sin remedio y de patitas, en la laguna de las Estrellas Perdidas. No podía haber caído en peor lugar. Siempre se mantenía atento y lo evitaba pero su despiste había sido catastrófico.
Aquellas negras aguas estaban casi heladas y sus rayos se quedaron tan quietos que pensó que se convertirían en témpanos de piedra. Gritó fuerte, tan fuerte como pudo porque sabía que aquella laguna no tenía fondo. Estaba maldita desde que las brujas oscuras y todo su séquito de seres malignos habían realizado aquel fuerte conjuro con el que el Supremo Ser del Submundo de más allá de lo desconocido se había hecho presente. Un intercambio de favores fue el acuerdo. Les había otorgado aquella parte de tierra al otro lado del bosque que, él mismo, había arrebatado a los demás habitantes. Ellas se habían encargado de cazar a todas las estrellas fugaces y de atrapar a todos los seres que lograran engañar.
Qamar y Elio, pese a todos sus esfuerzos, no habían logrado atravesar aquella inmensa oscuridad y seguía siendo, tristemente, un lugar siniestro.
Los tres espíritus / Dustin Poche |
Ahora la laguna no solo estaba llena de estrellas. También de los miles de sueños sin realizar que las acompañaban y de las almas que aquellos incautos seres que habían tenido la loca idea de no atender a los avisos que advertían del peligro de acercarse y de las terribles consecuencias que acarreaba el adentrarse en aquella negritud del bosque.
Qamar y Elio, pese a todos sus esfuerzos, no habían logrado atravesar aquella inmensa oscuridad y seguía siendo, tristemente, un lugar siniestro.
Elio se hundía y se hundía... y él no sabía nadar. Las estrellas de la laguna no eran como las estrellas del cielo. Estas eran brillantes y cantarinas. Aquellas, oscuras y calladas debido a la maldición. Qamar, que estaba al otro lado del universo, escondida en su diurnidad, escuchó el latido de su corazón y supo que Elio estaba en la lobreguez. No dudó en atravesar todo el horizonte y enfrentarse al silencio y a las tinieblas de la laguna, aquella que tantas veces iluminaba pero cuyos rayos de plata no lograban sanar. Las estrellas que se habían apagado atrapaban a Elio con voraz agilidad impidiéndole salir, llenado de sombra su corazón y apagando de luz sus rayos.
Sirio, la estrella más brillante de la constelación Canis por la que Qamar había pasado como una exhalación, fue tras ella movida por la curiosidad y porque había intuido que algo no iba bien.
—¿Qué ocurre, Qamar?
—Elio ha caído en la laguna de las Estrellas Perdidas. He de llegar cuanto antes o se quedará ahí para siempre —respondió muy alarmada y con el viento entrecortado—. Y si eso ocurre, Sirio, sabes que el mundo se quedará ciego.
Ilustración de Meluseena |
—Qamar, debes cogerlas todas y hacer con ellas un mapa que despistará a las brujas y la Señor de la Oscuridad.
No dudó un momento la Luna en abrazar a Elio con algunos de sus rayos de luz de plata. Con las yemas de sus dedos, en forma de caracola de mar, fue recogiendo con cuidado aquellas estelares lágrimas mientras su mirada se clavaba en la del sol.
—Es una locura, Qamar —acertó a decir el sol.
—Cierra los ojos y piensa que todo va a salir bien.
No podía permitir que Qamar cayera también en la laguna. Se estuvo todo lo quieto que pudo. Pero sabía que si ella debía convertirse en oscuridad, lo haría. Tembló de miedo cuando dejó de escuchar su corazón. Todas las estrellas y la luna... se apagaron de pronto y todo se sumió en un profundo y oscuro silencio que le heló toda la savia de sus rayos de fuego.
Aquello no podía estar ocurriendo. Las malvadas brujas —Gorcolia, la más camaleónica, Légubris, Satárica y Maldaquia—, vestidas de negro, con sus dientes horribles y amarillos, con sus largas y asquerosas uñas arqueadas y con aquellas voces tan desagradables que parecían aullidos lastimeros capaces de estremecer a cualquier alma y de rompen cualquier tímpano, aparecieron por la parte más oscura del bosque, alzando sus extrañas dallas y haciendo sonar aquellos cencerros hecho de huesos de alimañas.
No tocaban el suelo pero tampoco podían volar más alto.
Ilustración de Paula Hedberg |
El resto de estrellas fueron a por ellas, intentando cortarles el paso, entorpecerles el camino e intentar que no llamaran al Supremo Oscuro... mientras Qamar terminaba de recomponer el mapa. Elio se agarraba a su cuello, tirando de ella hacia el fondo... El mundo quedaba en aquel crepúsculo donde tampoco había luna.
Sirio abrió su manto celestial. Sobre él, las pequeñas estrellitas que Qamar había recogido, se fueron colocando formando un grimorio.—¡Es el momento, Qamar! ¡Siente la fuerza de su magia! ¡Canta el hechizo, corre! —le gritó Sirio, sabiendo que sus estrellas no aguantarían mucho más, que el sol tenía las fuerzas muy justas y que Qamar debía comprender correctamente los signos para proclamarlos desde el fondo de su argentada alma.
Su blanquecina voz se oyó muy lejos. Se escuchó por todas partes. Las estrellas oscuras se fueron debilitando conforme ella iba pronunciando aquellas enigmáticas palabras. Y en su debilidad, Elio pudo alzarse hasta ocupar su sitio en la más alta atalaya del cielo.
—¡Sigue, Luna, sigue! —le inquirió la brillante estrella. Qamar continuó, sintiéndose más ligera.
Las estrellas apagadas fueron recobrando tímidamente su luz, su luz de plata, arropando a la luna, y con ellas, se fueron elevando todos aquellos sueños que se habían perdido. Volvieron a brillar en el cielo. Volvieron a ser ilusión y esperanza. Elio deseaba abrazar a Qamar. Darle las gracias, reconocerse su esfuerzo, su amistad y fundirse con ella llenos de amor cósmico cuya luz alcanzara los confines del universo. Y es que ya se sabe, el Amor es Luz.
—Cuando llegué no podía creerlo, Elio. Una estrella descendiente cayó de tu corazón y aterrizó en mis ojos... Y todo se apagó. Si no hubiera sido por Sirio y sus amigas las estrellas luminosas no hubiera podido salvarte —le dijo Qamar visiblemente emocionada, hundiéndose en su pecho.
Ilustración digital de Daniel y Vladimir Ovtcharov |
Las dos últimas estrellas cayeron de los ojos de Elio. Las tomó en sus manos, convirtiéndolas en unas hermosas y brillantes piedras de color ámbar que coronaron la mirada de Qamar y adornaron su bella melena de plata.
Con este nocuento inauguro mi participación en el reto de escritura creativa de una cazadora de nubes, que según ella, además está loca: Rebeca. Lleva por nombre "Fuego en las Palabras" y es mensual. Un tema dado para inspirarse y unas normas, que, obviamente, espero cumplir.
En este mes de junio el tema inspirador es la letra de una canción, "Amor Cósmico", de Florence & The Machine, insertando alguna de sus frases y su título. La traducción está aquí. He tomado una idea general para hacer este nocuento.
Pues te a quedado hermoso este no cuento, lleno de magia e inspiración, con un ingenio admirable, me gusto bastante Mag, que pases un buen fin de semana, se feliz
ResponderEliminarMuchas gracias. Me pones arrebolada :-9)
EliminarY si te ha gustado, aunque sea un poquito, mi trabajo ya se ve recompensado.
Igual un poco largo, pero no tengo medida, la verdad.
Feliz semana también para ti y muchos besos.
Muy bien te ha quedado es un no cuento genial y cósmico,la idea es de una imaginación asombrosa con ese halo de niñez que gusta tanto sentir.
ResponderEliminarFelicidades por tu participación en éste nuevo reto.
Un abrazo lleno de estrellas luminosas.😘😘😘
Gracias mil, Campi. A veces la imaginación nos lleva tan lejos que no sabemos cómo volver :-9
EliminarMe encantan esos abrazos tan estelares :-) .-9
Un beso lunar .-)
Toda una aventura esta batalla por la luz entre estelares amigos y las malvadas brujas. Tu creatividad es inagotable para dar vida a la magia de los cuentos.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
Sabes que mis cuentos son tan particulares que no merecen estar en esa categoría pero estoy muy agradecida de los "nocuentos" y de estas cosas que se me ocurren y que me gusta escribir, pensar y dejaros a trocitos.
EliminarMuchos besos, Mi Estimado Dulce, y gracias infinitas.
Qué maravilla de no-cuento!
ResponderEliminarMe ha fascinado. Le enviaré el blog a mi hijo para que le lea tus preciosas y mágicas historias a mi nieta.
Una belleza absoluta.
Besos.
Oh, Luna, me halagas un montón con lo que dices. Será un placer que pueda disfrutar de estas pincelas, o brochazos :-). Ya me dirás cómo se llama la niña...
EliminarMuchísimas gracias, Luna, y que tengas una bonita semana.
Muchos besos.
Mi querida Mag... quedo prendada de esta belleza, es impresionante el mundo que has creado desde tu imaginación. Precioso no-cuento esperanzador y hacedor de amigos. Desde mi punto de vista has cumplido todos u cada uno de los requisitos, pero eso lo ha de decir Rebeca. Las imágenes son preciosas. Te felicito, bella.
ResponderEliminarMil besitos con mucho cariño para ti y muy feliz finde ♥
Siempre dulzura y cariño en tus palabras, mi queridísima Auro, y yo eternamente agradecida siempre.
EliminarEstos "nocuentos" son cómo son, a su aire pero siempre los lanzo con todo mi cariño. Eso es importante.
Un beso muy grande y feliz día, guapura.
Querida Qamar
ResponderEliminarEste reto te viene como anillo al dedo para desarrollar toda tu imaginación.
Ten cuidado con la cazadora de nubes, no se te vayan a caer las caracolas... ��
Besito
Me preocupa, no creas jajajaj a ver si ahora que tenía controlada la circulación me fallan los peones :-9
EliminarPero es un gusto.
Muchas gracias, Ratoner.
Besitos grandes.
Una leyenda con tintes de cuento / no-cuento. Maravilloso y con muchos e interesantes personajes. Millones de gracias por participar en esta edición. Confío que sea la primera de muchas. Por cierto, no he podido contar el total de palabras, pero juraría que son más de 1000 palabras, y era el tope.
ResponderEliminarEn cualquier caso encantadísima de tenerte en mi reto mensual.
Un besazo enooooooooooooooorme.
No hay mil palabras, no, pero irás descubriendo que no se me da bien abreviar. Todavía no he aprendido, esa es la verdad pero es un placer poder participar, además, con tantos datos como dabas, no era un reto sencillo, así que si te ha gustado, yo encantada de que te haya encantado :-)
EliminarNos vemos cualquier día en este universo y si no, al mes que viene.
Un beso.