Considerada la mujer tanto como una mercancía como una máquina de hacer hijos, apareció ella, Enheduanna o En-hedu-ana o En hedu Anna.
No es su nombre de pila sino un título: En se refiere al título restringido de gran sacerdote o gran sacerdotisa de Ur; Hedu significa ornamento en sumerio y Anna, cielo, y, casualmente, es el nombre del dios del cielo. Es por ello que al convertirse en Gran Sacerdotisa recibió tal nombre. Literalmente, «suma sacerdotisa , adorno del cielo (o del dios del cielo)». Pero hay otra curiosidad en su nombre ya que Heduanna es un epíteto poético para hablar de la belleza de la luna en el cielo, refiriéndose a ella como «la alta sacerdotisa que adorna el cielo», de modo que también era «la suma sacerdotisa de la luna», además de la primera mujer escritora de la Historia de la que se tiene constancia.
Hija del rey Sargón I de Acadia —se dice que también el primero en crear un imperio—. Nació en la Antigua Mesopotamia, cuando era la tierra de los zigurats, hace más de 50 siglos. Vivió, aproximadamente, desde el 2285 a.C hasta 2250 a.C. Aprendió a leer y escribir en tablillas de arcilla e hizo algo que hasta entonces nadie había hecho: firmar sus obras. Fue tan importante su figura que incluso redactó leyes que rigieron en su época.
Escultura de la sacerdotisa |
Compuso más de 42 himnos, verdadera poesía, dedicados a los dioses y templos de las ciudades más importantes del imperio: Sippar, Esnunna, Eridu... Cabe destacar los himnos a su amada diosa Innana que se convirtieron en verdaderos cantos litúrgicos, elevándola casi a figura mística. Exaltación de Innana es uno de sus poemas más famosos donde plasma toda la devoción que siente por su diosa y también hace alusión a su expulsión de Ur por parte de su hermano al tomar posesión del imperio.Y ha llegado a nuestros tiempos. Tal vez todos estos textos fueran utilizaros en sus ritos religiosos.
Su nombre fue descubierto en dos sellos pertenecientes al reinado de su padre, en el Cementerio Real de Ur pero la pieza arqueológica que sin duda revela su existencia es un disco de alabastro hallado en 1928 junto a la estatua de una sacerdotisa en el Giparu de Ur (tal vez el templo dedicado a la diosa Nigal), residencia de la Entu-Sacerdotisa, término arcaico para refererirse a la Suma Sacerdotisa. Eso era ella.
Este disco se data entre los años 2000 a.C. y 1800 A.C. y puede leerse: «Enheduanna, sacerdotisa zirru, espora del dios Nanna, hija de Sargón, rey del mundo en el templo de la diosa Innana».
No es fácil atribuir a ella todas las obras encontradas pues algunas están datadas siglos después de su muerte. Los investigadores se mueven entre opiniones que van desde que se tratan de transcripciones de los originales a inspiraciones en Enheduanna y en su obra.
No se sabe mucho de ella a nivel personal pero sí nos ha dejado un legado importantísimo con el que podemos descubrir la profundidad de su sentir.
Ella no se ganó la vida con sus letras pero fue y es fuente de inspiración y admiración. Ella y Safo son dos pilares fundamentales de la literatura más antigua que puede conocerse.
¿Sabéis quien fue la primera mujer escritora que empezó a ganar dinero con su obra?
La veneciana Christine da Pizano (1364-1430) ha pasado a la Historia como tal, además, de una gran defensora de los derechos de la mujeres en la sociedad. Desde niña ya mostraba un especial talento y fue su padre, Tomaso, médico y astrólogo o físico que había llegado a la corte de Carlos V como asesor del monarca francés, quién no dudó en una educación especial para ella.
Escribía por placer, pero luego por necesidad debido a varios hechos luctuosos en su familia. Con 28 años, hijo, padre y marido muertos no tuvo más remedio que hacer algo para sacar adelante a sus hijos vivos y a su madre, pese a venir de una familia acomodada. Tenía dos opciones: casarse de nuevo o entrar en un convento. No optó por ninguna de ellas y decidió seguir escribiendo.
Todo aquello, su férrea voluntad y su buena manera, dieron pronto sus frutos. Un día, miembros de la corte solicitaron de Christine una elegía de Carlos V. Así nacía Le livre des faits et bons moeurs du sage roi Charles V, la primera obra escrita por encargo y que permitió a Christine tener un importante ingreso económico.
Su obra nació con temática amorosa pero luego se adentró en temas más comprometidos como la filosofía, la política, la Historia, la moral o el derecho de la mujer en la sociedad. Cuando todavía no se había inventado la imprenta, ella misma se encargaba de supervisar sus textos en un taller donde también mujeres se encargaban de copiarlos e ilustrarlos.
Su principal y más reconocida obra es La ciudad de las damas (Le livre de la cité des dames), publicada en 1405. Un auténtico alegato a favor de la mujer para la que reclama un lugar en el mundo, así como una audaz crítica a la misoginia imperante en ese momento histórico.
Con todo esto quiero rendir desde aquí un pequeño homenaje a todas las mujeres que a lo largo de la Historia han plasmado y plasmamos todas sus inquietudes, emociones, sentimientos que anidan tanto en el alma como en el corazón.
Un baño de conocimiento para comenzar la semana. Gracias por presentarnos estas historias y datos históricos que no siempre conocemos. Y por supuesto Feliz Día de las escritoras.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.
Hola, Mi Estimado Dulce.
EliminarAmbas historias son muy interesantes, solo que no podía escribirlo todo :-9
Muchísimas gracias una vez más.
Un beso grande.
Que buena entrada para este día que van mis felicitaciones para ti como gran escritora que eras, tus letras no dejan indiferente a nadie. Dicho esto, seguimos con la entrada que es super interesante no conocía la historia y me ha gustado un montón saber que las mujeres desde los inicios de la vida han sido luchadoras por sus derechos.Todo esto demuestra que desde tiempos remotos siempre ha existido la lucha por la igualdad y no ser un florero en la mesa. Gracias Mag, un besazo y una muy feliz semana.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti, Campi, por tu comentario tan chuli :-)
EliminarMujeres, eternas olvidadas, pero siempre acaba disipándose la niebla.
Un beso muy grande y a tener buena semana también.
¡Hola! De Crhristine escribí una vez un post. Pero no conocía a esa gran sacerdotisa. Me encanta tu post. Feliz día, mujer escritora. Besos :D
ResponderEliminarA mí me ocurrió lo contrario. Conocía a la sacerdotisa pero no a Christine, así que complemente perfecto :-9)
EliminarFeliz día también para ti.
Un beso enorme.
No tenía ni idea.
ResponderEliminarGracias por todo lo que aprendo aquí.
:)
Buen fin de semana.
Hola, Maga. Me parece bien esta entrada reivindicadora en día tan señalado. Yo cuando leo no tengo el problema del género de su autor, tanto si me gusta como si no, yo no generalizo ni discrimino por la condición. Creo que ahora la moda es al revés, potenciando a la escritora sobre el escritor, y también me parece una tontería; juzga al libro por su contenido no por quien lo haya escrito. Hay mucho entendido de etiquetas pero poco de lo que realmente importa.
ResponderEliminarSaludos 🖐🏼